La Lista Negra
—Creo que tengo a todos los chicos del curso. Sólo taché a Bruno porque está con Bianca y es lo suficientemente ególatra como mandarle cartas a alguien—Alan rió y tomó la hoja con los nombres que Nina tenía.
Leyó todos ellos y vio algo extraño, frunció el ceño y dirigió su atención a su amiga.
— ¿Por qué yo no estoy tachado?
—Porque eres sospechoso.
—Yo no escribí las notas y lo sabes—le dijo—. Ya te lo he dicho.
—Todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario—Alan chasqueó su lengua..
—Así no es el dicho—comentó, la morena sonrió y le quitó la hoja.
—No importa, este me gusta más—dijo y se acomodó su cabello en una coleta baja—. Ahora, debo ir con Dante para ver si lo elimino o no de la lista—se marchó en dirección a la cafetería dejando al rubio en medio del pasillo.
Alan la miró cansado, no quería que Nina se llegase a lastimar con toda esa situación de las notas pero ella era terca y no descansaría hasta encontrar una cara a la cuál aferrarse.
— ¿A quién vemos? —escuchó Alan, volteó y se encontró con Irene, ella le sonrió dulce.
—Nina—le dijo—, no quiere escucharme—mencionó—. No entiendo por qué se aferra a una idea que no es, ¿por qué no puede dejar de buscar a la persona de las notas?
Irene se encogió de hombros sin tener una respuesta clara.
—Es la naturaleza del ser humano aferrarse a lo que no puede tener.
∞
Nina llegó a la cafetería y se encontró con Dante sentado en una de las mesas con sus amigos. Se acercó a ellos y se detuvo frente al chico; uno de sus amigos lo codeó para que él se diese cuenta.
Dante miró a Nina sin comprender qué hacía ella ahí, ellos realmente nunca hablaban y pocas veces compartían clases, así que no podía tener una idea.
—Hola Dante—le dijo ella.
—Hola Nina—dijo, la chica sonrió.
— ¿Podemos hablar en privado? —preguntó, eso causó que el chico la mirara desentendido pero sólo asintió y se levantó de la mesa.
Nina caminó un poco alejándose de la mesa para que no pudieran escucharlos.
— ¿Qué sucede? —le preguntó el chico.
— ¿Quiero saber si eres tú quién me escribe las notas? —lo miró a los ojos, Dante quitó la mirada a sentirse incómodo.
—No soy yo—dijo.
— ¿Por qué no me miras cuando lo dices?
—Me estás haciendo sentir incómodo, Nina—le dijo—. Es eso.
Nina suspiró y miró al chico. Conocía a Dante desde hace muchos años pero a pesar de todo, era la primera vez que lo tenía tan cerca de ella. Lo miró, su cabello oscuro y su tez pálida lo hacían ver como uno de esos vampiros de Crepúsculo.
—S-si no tienes nada más que decirme, me voy—dijo, la miró rápido y se marchó con sus amigos.
Nina sacó su lista y colocó un punto al lado de su nombre.
Sospechoso número uno: Dante De Luca.
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Creí que era para mí
Short StoryÉl escribía notas, Nina las leía pero no eran para ella específicamente. Pertenece al universo literario de Sunny Ice Obra registrada en Safe Creative bajo el código 1611089779979. Se le prohíbe la copia.