Creí que era para mí

Capítulo 39

Poemas

Nina observaba los pasos de Charlie desde lejos, ¿sería él? Era el único que había negado serlo sin haber pedido una explicación sobre las notas de las que ella hablaba y eso hacía que se sintiera confundida. Él tenía que saber algo que ella ignoraba.

Leyó la última nota que había encontrado en su puerta:

«Hoy quise escribirte un poema. Aquí va:

A veces siento que soy invisible,

A veces siento que estoy mal,

Nunca creí encontrar mi lugar en el mundo,

Pero al verte supe que contigo debía estar»

Quien sea que fuese ese chico, escribía muy bien. Por lo que debería saber de literatura ¿no? Y Charlie leía mucho, eso la hacía sospechar más de él. Además estaba el factor que era tímido por lo que supone que el chico que escribe las notas también ya que si no lo fuera ya se hubiese acercado desde hace mucho tiempo.

Caminó detrás de él y vio como sacaba una carpeta manila azul de su mochila, revisó varios papeles de ella y luego volvió a guardarla. Volteó a ambos lados y caminó hacia su casillero para sacar una hoja de color azul. Ese azul era el mismo color de la nota que le había llegado hoy.

¿Eso significaba que sí era él?

Se acercó un poco para ver qué era lo que realmente estaba haciendo. El castaño estaba escribiendo en aquella hoja, Nina de cierto modo no lo podía creer, ¿Ya había descubierto al chico? ¿Así de fácil había sido? No se esperaba realmente de que fuera Charlie, no era algo que había pensado. Charlie no era la clase de chico que Nina pensaría que está interesado en alguien y mucho menos en ella.

Vio pasar a Alan leyendo un libro de Agatha Christie y lo tomó del brazo.

—Charlie escribe las notas, acabo de verlo escribiendo en una hoja idéntica a la que me llegó hoy—el rubio se soltó de su agarre.

—Nina, si no tienes una prueba válida, no asumas las cosas—le respondió rudamente y se alejó de ella.

Nina volteó a verlo, ¿Qué le pasaba? Había descubierto quien era el de las notas, ahora debía descubrir lo que le pasaba a su amigo.