Capítulo 33

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Nuevo Sospechoso

—Yo no recuerdo eso—dijo el chico intentando escapar del trío de amigos. Bruno lo sostuvo de la sudadera mientras que Alan tomó su brazo.

Nina miraba un poco ansiosa la escena

—Claro que te acuerdas, Jensen—le dijo Bruno frenándolo—. ¿Ya olvidaste la carta que le mandaste el día de los enamorados? —Nina observó como el chico se quedó quieto sonrojándose.

— ¿Cómo sabes de ella? —le preguntó el chico asustado, pensaba que habían investigado sobre muchas cosas respecto a él.

Bruno rió y luego le mostró una sonrisa amable.

—Te equivocaste de casa, amigo—respondió, el chico soltó un suspiro pero luego volvió su gesto asustado al darse cuenta de que la carta que le había escrito a la chica que le gustaba no había llegado a ella.

No sabía que era peor, si Nina la hubiese leído o si Bruno lo hubiese hecho.

—Al principio fue raro de que un chico me escribiera pero luego capté que eran para Nina—rió Bruno.

— ¿Por qué nunca me diste esa carta? —le preguntó Nina a Bruno, el moreno se encogió de hombros.

—Se me olvidó hacerlo—respondió, Jensen intentó escaparse nuevamente pero Bruno lo tomó una vez más.

Un suspiro salió de sus labios, ¿tenía que aguantar tanta vergüenza?

—Ahora, ¿te acuerdas entonces de lo que sucedió hace un año? —él asintió tímido y miró a Nina quién estaba concentrada en sus pensamientos y en a idea que se estaba creando en su cabeza.

Miró al chico como si hubiese entendido todo lo que sucedía.

— ¿Tú me escribes las notas —preguntó Alan ansiosa por su respuesta, Jensen bajó la mirada y negó.

— ¿Y qué estás tan nervioso? —preguntó esta vez Bruno.

—Pues no es como si estuviese en una posición muy cómoda—respondió el muchacho.

Realmente él no escribía las notas pero la cercanía de Nina y las acusaciones de Bruno le hacían sentir nervioso. Le gustaba Nina, no era mentira, pero tampoco había hecho (ni lo haría) para acercarse a ella; cuando le envió la carta en San Valentín fue debido a que creyó que eso la haría sentir mejor a ella.

—Jensen, ¿estás seguro de que no eres el que escribe las notas?

—No lo soy, lo prometo—confesó—. Yo...no soy muy bueno con las palabras.

Nina y Bruno se miraron entre sí, ¿debían de creerle? Podían dejarlo pasar y tomarlo en cuenta en caso de que todas las opciones de su salón fuesen descartadas.

—Te creo—le sonrió Nina, Jensen le devolvió la sonrisa bastante feliz y sintiéndose afortunado de poder recibir una sonrisa de ella—. Ya puedes irte, Jensen.

El chico asintió y se despidió de ella para alejarse de ellos.

Bruno frunció sus labios y codeó a Nina.

— ¿Cómo sabes que no es él? —la morena se encogió de hombros.

—Intuición.

—Creo que lo mejor será esperar—respondió Bruno.

Stuart pasó junto con uno de sus amigos, se detuvo frente a ellos mientras que el otro chico continuó caminando.

— ¡Nina! —dijo alegre—. Aun no logro encontrar el dueño de tus notas, pero hay un sospechoso al que puedes preguntarle.

Nina lo miró esperanzada, una sonrisa apareció en su rostro y creyó que con ese sospechoso pudiese encontrar al dueño de las notas; o al menos acercarse más al objetivo.

— ¿Quién? —preguntó ella.

—Charlie, de la clase de francés.

Sorpresa fue que ella también lo había anotado en su lista.



Creí que era para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora