Capítulo 43

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Sospechoso 10: Isaías Simoes

Isaías Simoes era un estudiante de intercambio que había llegado ese año desde España. Nina había tenido varias conversaciones con él, aunque no lo suficiente como para creer que él pudiese estar enamorado de ella, pero Gino le había mencionado que esa era una posibilidad, ¿debía creerle?

— ¿Sabes lo que le pasa a Alan? —le preguntó la morena al mejor amigo del rubio. Bruno se encogió de hombros al no entender a qué se refería.

— ¿A qué te refieres?

—Pareciera como si estuviera molesto conmigo—Bruno la miró.

—No está molesto contigo, él es así de raro—respondió, ella intentó comprender la situación—. ¿Cómo va tu búsqueda?

—Gino cree que Isaías puede ser el chico.

— ¿Gino?

—Conversamos hace dos días—mencionó—, me dio varios nombres.

— ¿Y le crees?

— ¿Por qué no?

—No sé, no le creíste a Alan la primera vez que te dijo que no—le recordó, tenía razón pero era porque Alan era un principal sospechoso.

—Gino no se veía interesado y prefiero descartar a estancarme en un solo chico.

Ambos miraron a Isaías entrar tomado de la mano con Erika, una chica de su clase. Bruno la codeó haciéndole ver que definitivamente no era él quién escribía; al menos claro, que fuese todo un jugador con las chicas. Pero conociendo a Isaías—o conociendo lo que podían ver de él—, no era de la clase de persona que salía con dos chicas a la vez.

—Ni siquiera le preguntaré—dijo ella y sacó su lista para tachar su nombre. Bruno rió.

—Dices que no te estancarás en un solo chico—repitió—. ¿Qué dices de Charlie? —la miró curioso, ella bajó la mirada avergonzada.

—Él escribe las notas. Y esta vez lo sé.

— ¿Él te lo dijo?

—Lo vi escribiendo una nota.

—Lo espiaste entonces.

—Algo así.

— ¿Y cómo estás segura de que eran las notas?

—Era el mismo papel—Bruno la miró dudoso, él realmente no confiaba en que fuese Charlie, seguro Nina se equivocó o es tanto su deseo de encontrar al chico que busca maneras de demostrar que es alguien que realmente no es.

—Si él no te lo dice, entonces no te sientas tan segura—le dijo—. A veces vemos sólo lo que queremos y no nos fijamos si realmente es verdad. Podría pasar eso con Charlie. Y siendo sincero, creo que ninguno de los chicos con los que has hablado es el que las escribe. 

Creí que era para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora