Capítulo 66

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El chico de las notas

Nina sacó la última nota que le había dado el chico y se la mostró a Oliver y a Kike, ambos chicos se acercaron un poco para leerla juntos, Kike se echó a reír por las cursis palabras que le habían escrito y Oliver sólo negó reprendiendo a su amigo.

—No te rías, imbécil—le dijo Oliver, Kike dejó de reír, sin embargo una sonrisita apareció en su rostro.

—Disculpa—dijo y Nina se encogió de hombros—. No escribo las notas.

—Yo tampoco—mencionó Oliver—, ¿Evan?

—Ya Nina sabe que no lo hago, hablamos de eso.

—Sí—mencionó, aunque todavía tenía sus dudas respecto al chico.

¿Qué procedía ahora? Ya había hecho todo para saber si era alguno y nadie parecía serlo. Quedaba Jaden, pero si gustaba de Fabiana, dudaba que fuese él quién las escribiese.

Quizás darse por vencida era lo más práctico para ella. Se despidió de los tres chicos y se fue del local. Un poco triste porque no había conseguido nada, sin embargo podría ser la mejor opción; como había dicho Adrián, quizás se decepcionaría del chico al verlo. Llegó a su casa y en su puerta, en vez de encontrar una nota, encontró a un chico, lo miró dudosa, ella lo conocía.

— ¿Gastón? ¿Qué haces aquí?—el chico volteó asustado y se relajó al ver a la morena.

— ¿Es que acaso me sigues? —Nina rodó los ojos por su comentario.

—Debería ser yo la que dice eso porque esta es mi casa—el pelinegro la miró con el ceño fruncido.

— ¿Bruno no vive aquí? —ella negó con la cabeza.

—Bruno vive al lado—señaló su casa. El chico la miró sorprendido.

— ¿Ah? ¿Bruno vive al lado? Pero las...—y fue cuando cayó en lo que acababa de pasar. En todo el error que había cometido—. Oh Nina disculpa.

— ¿Por qué me pides disculpas? —lo miró extraño, Gastón pasó sus dedos por su pelo nervioso y suspiró.

Buscó las palabras correctas para hablar con ella y la miró.

—Las notas—mencionó bajo—. Oh dios, ¿cómo no me había dado cuenta? ¡Tú incluso me preguntaste! Te escuché hablar mil veces sobre eso y nunca pensé en la posibilidad de que fueran las mismas. Soy todo un idiota.

—Está bien, no entiendo nada.

—Las notas—dijo serio y la miró—. Yo las escribo—suspiró. —Y no son para ti.

Nina lo miró, el impacto de la noticia la dejó sin palabras. Comenzando con que Gastón era el que las escribía y terminando con que no eran para ellas. Se sintió tonta, tan ingenua, creyendo cada palabra de ese chico y que al final no eran reales. Su fantasía de salir con el chico de las notas se había derrumbado por completo. Era Gastón y definitivamente Gastón y ella no congeniaban.

— ¿Para...? ¿Para quién es en realidad? —le preguntó, el pelinegro suspiró y frotó el brazo de ella.

—Kenzie—la morena frunció el ceño.

— ¿La mamá de Bruno?

Creí que era para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora