Sospechoso 2: Evan Brown
«Si quieres nos tropezamos y lo llamamos destino»
Caminaba por los pasillos hacia su salón ara buscar a Evan, cuando tropezó con alguien. El chico le pidió disculpas y ella lo miró notando quién había sido.
— ¡Evan Brown! ¡Quieto! —dijo, el castaño volteó a verla y alzó una ceja. Siguiente a eso, una sonrisa divertida apareció en su rostro.
— ¿Me buscabas? —preguntó él, se acomodó su chaqueta y la miró.
— ¿Eres tú?
— ¿El más guapo y sexy de la clase? Sí, definitivamente lo soy—Nina rodó los ojos y se arrepintió por un momento buscarlo.
Nina le entregó la nota que había recibido esa mañana.
— ¿Fuiste tú? —preguntó. Evan tomó la nota y la miró con detenimiento para luego regresársela.
—Vaya rompecorazones tienes detrás de ti—respondió—. Lamento romper tu corazón al decirte que no soy yo, cariño—mencionó—. Yo sigo un código, y no creo que sea bueno para mí si te escribiese alguna confesión de amor—mencionó—. Aparte claro, no estoy interesado en tu en este momento.
Nina lo miró con confusión.
— ¿A qué te refieres con códigos?
—No sé quién te escribe las notas, pero te aseguro que no soy yo—cambió el tema, la miró fijo a los ojos y Nina rápidamente quitó la mirada de él—. Ya puedes tacharme de la lista que tienes.
Ella sonrió y sacó de su mochila una libreta, buscó el nombre del castaño y lo tachó.
—Oh, de verdad sí tenías una lista—rió—. Te lo había mencionado en broma—tocó el hombro de la chica—. Pregúntale a Noah, para cosas cursis, él es la clave.
Nina asintió.
—Gracias Evan—él le sonrió, Nina se despidió de él y caminó a su salón.
Evan Brown podía llegar a ser egocéntrico pero ella nunca sintió alguna mala broma de él, incluso podía decir que a veces la ayudaba. En momentos se le salía su lado de superioridad pero realmente, a los ojos de Nina, Evan no era el niño mimado que Bruno y Alan siempre nombraban.
Al entrar a su salón logró ver a Stuart en su asiento, se colocó frente a él.
—Hola, Stuart.
—Te dije Nina que no voy a ayudarte con lo de las notas —respondió el de lentes.
—No dijiste eso en realidad. Saliste corriendo con Gastón y nunca respondiste—mencionó.
—Había sonado la campana.
—La de huir de una chica al parecer.
—Mira, la verdad es que no soy yo y tampoco quiero ayudarte a jugar a los detectives—dijo—; ¿le has preguntado a Alan? Siempre están juntos.
—Ya lo he hecho. Ayúdame a descifrar la caligrafía, tú eres listo. Haz algo.
— ¿Y si no son para ti las notas?
—Obvio que lo son. No llegarían a mi casa si no fuese así.
—Tal vez la persona se equivocó o quizás es para tu mamá—rió.
—Una vez es válido, dos no lo creo. Además menciona cosas que son parecidas a mí.
—Vale, ¿qué necesitas de mí? —Nina sonrió, lograría encontrar a ese chico más rápido de lo pensado.
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Creí que era para mí
Short StoryÉl escribía notas, Nina las leía pero no eran para ella específicamente. Pertenece al universo literario de Sunny Ice Obra registrada en Safe Creative bajo el código 1611089779979. Se le prohíbe la copia.