Capítulo 41

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Sospechoso 9: Gino Rogriguez

— ¡Pero qué hermoso! —dijo Bianca luego de que Nina le contara a ella y a Irene sobre su cita.

—Debo contárselo a Alan—dijo la morena. Irene negó.

—No creo que sea buena idea—respondió, Nina la miró dudosa.

— ¿Por qué?

—A Alan no le interesa Mike, no le agrada. No es un tema de ti, sino de él—respondió y Bianca asintió.

—Es cierto—aseguró Bianca—. A los chicos no les gusta que le hables de otros chicos.

—Sí, pero Alan y Mike es porque Alan no soporta a Mike—rió Irene—, no porque lo cela.

—Oh—entendió Nina—, vale, no le diré nada de eso. ¿Creen que por eso se molestó conmigo?

—Puede ser, pero en mi mente Alan es muy tranquilo—mencionó, Irene concordaba con Bianca.

Nina vio a Gino Rodríguez entrar al salón de clases. Tenía su mochila puesta hacia un lado y caminaba mirando una hoja posiblemente de algunos apuntes que había hecho para algún examen que tenía. De Gino, Nina conocía muy poco, pero eso no lo hacía no ser un sospechoso.

Se levantó dejando a las dos chicas y caminó hacia el puesto del chico para sentarse frente a él y voltearse a verlo.

—Hey Gino—dijo, el chico quitó la mirada de su hoja y le sonrió.

—Hey Nina—respondió de forma amable.

—Quería preguntarte algo—mencionó ella—, es algo que he tenido en mente y...

—Mi nombre no es por Gino Santana de Kloss—se adelantó—, cuando nací Kloss no se había formado y Gino tendría como diez años o algo, no sé pero mi mamá no me puso el nombre por él.

Nina rió, no era exactamente la pregunta que le haría pero era una aclaratoria bastante interesante. Posiblemente le hacían mucho esa pregunta.

—Quería preguntarte si tú escribes—le dijo, él la miró confundido.

— ¿Escribir? ¿En plan de historias o cómo? —preguntó.

—Escribir en plan de notas de amor.

—Oh—rió él—. Definitivamente no—confesó—. Soy más de los que te haría una playlist para confesar mis sentimientos en vez de escribirte una carta.

Nina sacó la última nota que había recibido y se la entregó.

— ¿Conoces esta letra? —le preguntó, El chico miró fijo la nota.

—No realmente—respondió—. ¿Le has preguntado a Isaías? Estoy seguro de que haría estas cosas—rió.

—¿Isaías? —el chico asintió—. Lo tengo como sospechoso.

—¿Tienes una lista? —rió, ella asintió—. Para verla.

—No, prefiero tenerla yo.

—Vale—dijo—. Pregúntale a Isaías, Kike, Noah o Charlie; sé que ellos son más metidos en la literatura.

Se dio cuenta que Gino pensaba igual que ella respecto a Charlie. Tenía que crear un plan para conseguir que él hablase.

Creí que era para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora