Sky Roden, no hay mucho que decir, es simplemente ella. Sin querer se verá envuelta en oscuros secretos, que pondrá en peligro su futuro.
-Eres mía, amore. -Susurró en su oído con voz ronca, sosteniendo fuertemente su cintura y apegándose a ella. E...
Estaba en clase de arte, sentada en el último asiento. El profesor nos dejó hacer un boceto sobre algo que nos inspire, que sea nuestra motivación o simplemente que nos gustaría plasmar. En realidad no tenía idea de que podría hacer, pero dibujaré a una diosa de la mitología griega, Atenea, mi favorita.
Mientras iba dibujando parte de su vestimenta, sentí una mirada sobre mi, alcé la cabeza para observar de donde provenía esa intensa mirada y me topé con los ojos verdes de Dereck. Traía el ceño fruncido y me miraba fijamente. Decidí pasar de él y concentrarme en mi boceto.
Después de un par de minutos volví a verlo ya que aún no me quitaba la vista de encima. Suspiré frustrada y escribí en un papel.
"¿Porque demonios me miras, Dereck?"
Lancé el papel hacia su dirección, él lo notó y sonrió de lado para recoger el papel y leerlo. Luego de un rato, volvió a lanzarlo en mi dirección, lo tomé y leí.
"Solo hacía mi boceto...tranquila fiera."
"Por cierto, te ves hermosa cuando estas concentrada..."
Rodé los ojos y oculté una sonrisa que estaba apunto de salir. Decidí responderle por última vez.
"Podrías hacer el boceto sin mirarme ¿sabes? es molesto."
"¿Gracias...?"
Lancé el papel y volví a mi boceto, terminaba casi todo el cuerpo cuando sentí la bola de papel en mi cabeza. Bufé y la leí nuevamente.
"La sonrisa que intentaste ocultar, opina lo contrario, mi dulce Sky."
"Por nada."
Miré en su dirección y él traía una sonrisa divertida en su rostro. Gruñí por no haber podido ocultar mis expresiones y deje el papel a un lado para poder culminar mi boceto.
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Al terminar la clase y ya con mi mochila lista, espere que todos salieran para hacerlo yo al final, si lo hacía ahora corría el riesgo de ser empujada, y prefiero evitarlo. Dereck estaba en su lugar aún, pasé por su lado para salir cuando siento que toma mi muñeca.
Giro en su dirección y nos quedamos viendo por unos cuantos minutos.
—Tengo cosas que hacer Dereck...–Hice un amago para soltarme, fallando.
Él rozó sus dedos con los míos y dirigió su vista a mis labios. Inmediatamente me puse en modo alerta.
—Tranquila nena, no muerdo. –Soltó una risa ronca.
Iba a replicar cuando siento un tirón desde mi otro brazo. Observe hacia ese lado y vi a Tyler. Este traía la mandíbula contraída y los ojos ligeramente oscurecidos.
