Sky Roden, no hay mucho que decir, es simplemente ella. Sin querer se verá envuelta en oscuros secretos, que pondrá en peligro su futuro.
-Eres mía, amore. -Susurró en su oído con voz ronca, sosteniendo fuertemente su cintura y apegándose a ella. E...
Encendí la radio que teníamos en casa, Mozart sonaba en ella, la melodía era baja ya que el volumen lo era, escuchar este tipo de música me agradaba. Será porque mamá siempre lo oía cuando yo era niña. Me trae recuerdos de ella.
—Esperaba venir antes, pero el vuelo se retrasó y no pude llegar junto a Lauren. —Suspiró.
Asentí con la cabeza restándole importancia al asunto. Ahora lo más importante era averiguar que esconde la familia Black. Dicen que la curiosidad mató al gato, yo no soy un gato.
—Damon, ¿Cuanto tiempo estarás aquí? –Miré al suelo esperando una buena respuesta, la verdad lo había extrañado mucho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El tomó una de mis manos haciendo que lo mirara, sonrió mostrando pequeños hoyuelos y le devolví el gesto.
—He pedido un traslado, me quedare hasta finalizar la universidad, es un largo tiempo. –Sonrió mostrando sus dientes y lo abracé por la emoción.
Estaba tan feliz, mi hermano de alma de quedaría conmigo, sentía que ahora lo necesitare más que nunca. Presentía que al inicio de invierno, las cosas cambiarían radicalmente.
—Eso es genial, de verdad. –Lo apreté contra mi.
Nos tuvimos que separar por el timbre que oímos. Tía Tessa aún seguía en el despacho junto a Lauren y Jake.
Me levanté y abrí la puerta. Mi rubia amiga (o quizás cuñada) me sonrió y entró a la casa tomando asiento en uno de los sofás rojos de mi tía.
En el aparcamiento estaba su auto y dentro de él podía divisar a una mujer, creo que es su madre.
—Lo siento Sky, no sabía que tenías visita. –Sonrió en dirección de Damon.
Él hizo una mueca de incómodas y aclaré la garganta cortando así la tensión del momento.
—Él es Damon, mi mejor amigo. –Sonreí. –y Dam, ella es Ashley, mi amiga. –La señale.
Los dos de sonrieron por cortesía pero algo me decía que no se sentían cómodos.
—Amiga y cuñada. –Aclaró ella. –Aunque aún no sepamos por cual de mis dos hermanos. –Se encogió de hombros.
Suspiré y pasé mis manos por mi cabello.
—¿Quien es la mujer que está en tu auto? –Pregunté mirándola.
Ella sonrió y miró en dirección al auto.
—Es mi madre, Kathrina Black, vino a conversar con la señora Tessa. –Se encogió de hombros.
Fruncí el ceño ya que no tenía idea de que se conocían, pero quizás tía Tessa vino antes aquí, y tal vez allí la conoció.
—Bueno yo...–Miré hacia la ventana. La luna aún no estaba completamente llena, pero igualmente iluminaba el bosque. —Iré a caminar.
