Sky Roden, no hay mucho que decir, es simplemente ella. Sin querer se verá envuelta en oscuros secretos, que pondrá en peligro su futuro.
-Eres mía, amore. -Susurró en su oído con voz ronca, sosteniendo fuertemente su cintura y apegándose a ella. E...
Estaban los dos sentados frente a frente, se miraban como si intentarán encontrar alguna respuesta a sus dudas. Sin embargo no decían absolutamente nada, hasta que ella habló.
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—No puedo creer que seas capaz de esto...–Golpeo la mesa con su puño y soltó un bufido. —Esa niña no merece pagar los errores de su tía, ni los tuyos. –Apretó los labios.
El sonrió con sorna y negó con la cabeza, nada de lo que dijeran lo haría cambiar de opinión, esta es la oportunidad que tanto estuvo esperando para vengarse de Tessa, por rechazarlo.
—Eso no es de tu incumbencia, ocupa tu tiempo en mantener la manada tranquila y preparar la boda de nuestro hijo. –La miró solo un momento y luego dirigió su vista hacia los papeles que tenía frente a él.
Ella se levantó y caminó hasta ponerse a su lado, lo tomó del cuello infringiendo mucha fuerza lobuna, hizo que la mirara y habló.
—Te olvidas de que soy luna de esta manada, y necesitan tanto tu autorización como la mía para poder quemar a esa chica, no lo permitiré. –Lo soltó y caminó hasta la puerta dispuesta a irse.
El alpha Thomas se levantó de donde estaba y camino hacia su luna, con paso amenazante. La tomó de la muñeca presionandola, causándole dolor.
—Atreve siquiera a contradecirme y no vuelves a ver la luz del día nunca más ¿oíste? –Rugió frente a su rostro y ella sintió algo de miedo, pero lo oculto.
Todos estos años aguantando a ese alpha sádico le han enseñado a ser fuerte, a no dejarse intimidar por nadie. Si fuera por ella, ya lo hubiese dejado, pero lamentablemente él tenía a sus padres en un lugar oculto, solo los veía cuando él la llevaba vendada hacia ellos, y sus hijos estaban de por medio ahora. No era su mate, lo odiaba, por obligarla a ser su luna, y por matar a su verdadero compañero.
—No te tengo miedo, y si tengo que sacrificarme por la felicidad de mis hijos, lo haré. –Respondió firme y se soltó de su agarre.
No si antes escuchar un <<no tientes tu suerte, Kathrina>> de parte de ese cruel alpha.
Por otro lado...
Ya era de noche, la mansión de los Black estaba llena de lobos, algunas ninfas, vampiros, y alguno que otro demonio. Todos ellos juntos para presenciar el compromiso entre el próximo alpha, Tyler, y la próxima luna, Hanna. La única especie que faltaban eran los brujos, tanto blancos como negros, tenían prohibida la entrada a la manada, a pesar de que Hanna era una bruja; y ya Lucy empezaba a investigar de que clan provenía, porque de las blancas no era, de eso estaba segura; ningún brujo de su clan asistió.
