Sky Roden, no hay mucho que decir, es simplemente ella. Sin querer se verá envuelta en oscuros secretos, que pondrá en peligro su futuro.
-Eres mía, amore. -Susurró en su oído con voz ronca, sosteniendo fuertemente su cintura y apegándose a ella. E...
Abrí mis ojos como platos al ver quien era el que había alejado a Dereck de mi. Lo tenía cogido de la camisa y los dos se miraban desafiantes.
Quise intervenir pero sabía que esto no pasaría a mayores, Damon siempre ha sido lo suficientemente pacífico como para no ocasionar peleas, mucho menos en mi propia casa.
—Damon, ya, suéltalo. –Me acerqué a él tomándolo del hombro y tratando de alejarlo de Dereck.
Sabía perfectamente como controlar a Damon. Es mi mejor amigo de la infancia, y lo conozco como a mi misma, nose que haría sin él.
—Te estaba tomando a la fuerza, Sky, déjame darle su merecido. –Apretó en agarre en el cuello de Dereck y este se soltó empujando a ambos.
Trastabillé pero la mano de Damon detuvo mi caída. Los dos miramos a Dereck y este traía una sonrisa burlesca en su rostro.
—Así que ahora tengo más competencia, no sabía que eras tan fácil, Sky. –Me miró con desdén pero aún mantenía la sonrisa en su rostro.
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Ahogué un grito e intente calmarme para no darle una buena bofetada, enserio se estaba pasando.
—¿Qué dijiste, idiota? –Damon intentó golpearlo de nuevo pero Dereck esquivó su golpe.
Se movió tan ágilmente que ninguno de los dos lo percibimos. Ahora Damon tenía un moretón en el pómulo y Dereck una expresión amenazante hacia él.
—Te advierto humano, alejate de mi mujer. –Rugió y se acercó a mi tomando mi mano para apegarme a él.
Me solté y fui con Damon que se encontraba con la mano en la mejilla. Todo esto por causa mía.
—Dios, maldito animal, vete de mi casa. –Grité mientras revisaba el pómulo de Damon. Este sonreía tranquilizándome.
Dereck respiró profundo y salió dando un portazo, por fin en paz, jodido maleducado.
—¿Es tu novio, linda? –Habló Damon mientras caminábamos hacia la cocina.
Saqué hielo envuelto en un trapo y se lo pasé. El sonrió y lo puso en su pómulo.
—No, no es mi novio, es un jodido idiota que está obsesionado conmigo. –Rodé los ojos e hice una mueca de fastidio.
El rió ante mi gesto y negó con la cabeza.
—Tranquila Sky, ya llegó tu héroe y ese imbécil no te va a molestar más. –Sonrió de lado.
Nos quedamos mirando hasta que ambos soltamos unas carcajadas. La forma de ser tan infantil de Damon es lo que más me agradaba de él. Somos como hermanos de diferentes vientres.
