Sky Roden, no hay mucho que decir, es simplemente ella. Sin querer se verá envuelta en oscuros secretos, que pondrá en peligro su futuro.
-Eres mía, amore. -Susurró en su oído con voz ronca, sosteniendo fuertemente su cintura y apegándose a ella. E...
El bosque de Forks era tan parecido al del castillo Virun que en realidad no notaba lo cerca que estábamos de llegar a casa. Según Ethan, esta vez no podríamos usar el portal, por lo que el viaje que dura 2 horas, fue nuestra única opción.
Ethan estaba en el lado del conductor, Johana iba de copiloto, Emma, que al parecer es hermana de Ethan, nos encontró por el camino y decidió acompañemos. Nuestro destino es la casa de tía Tessa.
Según ellos, tía Tessa debe explicarme algunas cosas antes de poder combatir al brujo negro. Sin poder evitarlo, me encontraba muy ansiosa, sé que el duelo no será sino hasta dentro de una semana. Y sé también que ese brujo se aparecerá, nunca rechaza un duelo, pero si por mi fuera lo mataría ahora mismo.
Quien iba a pensar que una chica dulce y tímida como lo era hace años atrás, se convertiría en esto, una chica cruel que solo piensa en venganza, o como yo lo llamaría, justicia. Pero así es la vida, los golpes te enseñan a ser más fuerte, las experiencias te dejan marcas y moralejas como en las fábulas, solo que esto es la vida real. Somos nosotros o ellos. Y yo ganare.
En la entrada de la casa se encontraba Lauren esperándonos con su típica sonrisa divertida y ahora acompañada de Jake, que se ha convertido en un Roden más.
—Vaya, al parecer el entrenamiento a sacado a relucir tus atributos. –Espetó Lauren repasando todo mi cuerpo.
Ya me esperaba un comentario así de ella, siempre ha sido directa y sobre todo, le encanta mofarse cuando puede.
Aunque tiene algo de razón, mi cuerpo ahora era más resistente a ataques, y la vestimenta que traía puesto, era uno de los trajes de guerra de los vampiros, uno muy poderoso. Pero parece tan simple.
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—Pues el entrenar tiene sus beneficios. –Guiñé un ojo y pasé por su lado adentrandome a la casa.
Todo estaba en absoluto silencio. De pronto, el despacho de tía Tessa se abrió, y por allí apareció ella juntó a tío Will. Llegó la hora de saber toda la verdad, absolutamente toda.
—Bienvenida de vuelta, mi niña. –Tía Tessa sonrió cálidamente y se acercó para darme un abrazo.
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