Capitulo 30: Pesadilla

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Las luces rojas y azules traspasaron las cortinas acompañadas del sonido de las sirenas aumentando cada vez más, el portazo que se escuchó de la puerta de la entrada hizo que reaccionara y tomara una bolsa y llenarla de mis cosas personales como ropa, cepillo, dinero, etc., y un poco de comida escondida en mi cuarto.

Policía: ¡LA POLICIA, ABRA LA PUERTA!

Al momento de terminar de empacar comenzaron a derribar la puerta, miraba a mi alrededor para buscar una salida y la única que encontré fue la ventana, tome una gorra para cubrir mi cabello y no identificarme; hasta que la puerta cayo encontrándome en el marco de la ventana.

Policía: DETENGASE O DISPARAMOS.

No lo pensé dos veces antes de salir por esa ventana, lamentablemente al saltar uno de los policías dispara y apunta a mi brazo, con lo que la caída no fue muy sutil que digamos. Al caer di varias vueltas cargando mi mochila pero no lograron alcanzarme, adentrándome por el bosque oscuro.

Mientras corría todavía podía sentir la presencia de los perros policías siguiendo mi rastro de nieve, hasta que escale un árbol para despistarlos pero fue inútil, me comenzaba a desesperar ya que se acercaba la policía tomo un poco de comida chatarra de la que guarde y lo tiro lejos para poder salir corriendo. Aprovecho el distraerlos y bajo del árbol para poder seguir mi camino, hasta que ya no logro verlos.

Si bien cuando pude al fin detenerme para poder descansar, trato de buscar una cueva para poder refugiarme del frío, de camino recogía algunas ramas hasta que pude visualizar una no muy lejos, mis parpados pesaban cada vez más, dejando un rastro de color rojo detrás de mí.

Al adentrarme en la cueva, deje caer las ramas por un lago y sentarme, cuando volvía a recuperar un poco de fuerza me dispongo a hacer una fogata, a duras penas lo logro la nieve de mi alrededor se empieza a derretir haciendo mi cuerpo entrar calor.

Miro la herida en mi brazo, brotando sangre, rasgo una de mis blusas para poder vendarme, no me importaba que gastara las ultimas ropas que me quedaban ya que tengo que sobrevivir.

Saco una chamarra delgada para usarla como manta y tratar de dormir un poco antes de que la fogata se extinguiera, lloraba por lo bajo recordando la escena del homicidio.

El golpe de la puerta al entrar a la casa, el disparo en la cabeza a mi madre para poder colorear la alfombra de color rojo y a mi hermano siendo herido pidiendo mi ayuda, ¡_______! ¡________!

Despierto con sudor frio, no, no estoy soñando, esto es la cruda realidad, me incorporo para sentarme abrazando mis piernas, me sentía sola, sin nadie que dependiera de mí.

Al volver a levanta la mirada, un lobo se encuentra en la entrada de la cueva, de color negro con ojos amarillo penetrante, se me quedo mirando, hasta que decide acercarse, me quede quieta para no lucir amenazante ya que el tenía más ventaja que yo.

Inclusive se sentó a lado mío, yo me acosté ya que todavía no salía el sol, retorciéndome de frio, pero el lobo se acostó a lado mío transmitiéndome su calor, yo lo abrace quedando profundamente dormida, recargando mi cara en su suave pelaje, ya que me parecía un olor familiar.

_____: Gracias.

Pude sentir los rayos del sol, a travesar mis parpados, di un gran bostezo estirándome poco a poco, tallándome los ojos, miro alrededor, me encuentro en una cabaña muy familiar, me levanto observando en mi torno, y observo la venda limpia en mi brazo herido.

Escucho el crujido de la madera, rápidamente tomo una varilla para poder mover la leña de la chimenea, acercándome cuidadosamente.

Samuel: Tú nunca bajas la guardia-entrando con dos tazas de café-

En ese momento me detengo y bajo la varilla penosamente, ya recuerdo este lugar.

______: Lo siento, no estaba en mis cinco sentidos.

Samuel me entrega una taza para sentarnos en el sofá conde dormía.

______: -mirando la taza- Samuel, ¿me podrías decir como llegue aquí?

Samuel: -tomando un sorbo de su café- Te encontré en la orilla de la carretera enterrada en nieve, al principio no creí que eras tú pero no puedo que pueda comparar tu rostro.

______: Gracias.

Samuel: Yo me lo agradezcas.

Tomo un sorbo de café para acompañarlo con galletas que estaban en la mesita de noche.

Samuel: Ahora ¿Qué hacías a mitad del bosque sola?

_____: -cabizbaja- Escapaba...

Samuel: ¿De quién?

_____: De la realidad.

Él se quedó un poco extraño, y le comencé a decir lo ocurrido de mi familia y de la disco, él como consuelo le abrazo diciéndome que todo estaría bien, pero yo sabía que esto solo era el principio.

Extraños sucesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora