Capitulo 35: Hospedaje

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Su expresión lo decía todo, no podía esconder nada ahora, trato de acercarme lentamente al liquido rojo paso mis dedos sobre el para poder examinarla más de cerca y descubrir que dentro del frasco se encontraba un corazón al examinarlo era demasiado pequeño como para ser de un adulto, al levantar la mirada Ruben solo se queda observando desesperanzados todos mis movimientos, me incorporo cabizbaja con el corazón en la mano sin decir nada.

_____: Se supone que tu eres como un vengador para la comunidad, como puedes hacer esto a la gente-algunas lagrimas caen de mi rostro-.

Ruben: ________ desde un principio no tengo la obligación de matar a los malos, solo mato por necesidad.

______: No me digas que... Tu comes humanos...

Ruben: Para ser especifico cualquier ser vivo, pero es algo que no puedo controlar, si no ingiero de vez en cuando carne, mis órganos se empiezan a auto ingerir, la sensación es horrible para luego quedar cegado para matar y comerte todo lo que esta en tu camino.

______: Ruben... Simplemente no están fácil aceptar esto -silencio incomodo- necesito tiempo es todo.

Entro de nuevo en la habitación para tomar mis cosas y cambiarme lo más pronto posible, Ruben solo me observaba hasta que al estar el la puerta puso su mano en esta para impedirme la salida.

Ruben: _______ se que soy un monstruo, pero ten en cuenta esto, si te quisiera hacerte daño. Piensalo tuve toda la noche para hacerte daño, pero no fue lo único malo que pensé al ver tu cuerpo.

Eso me provoco un ligero sonrojo. Me giro para abrir la puerta y correr hacia la salida del bunker hasta alcanzar las escaleras y subir lo más pronto posible al exterior, giro la compuerta jadeando arrastrándome tratando de salir de allí, cuando salgo me recargo en un árbol para tomar aire y subir de este para poder ubicarme mejor. Estaba a unos kilómetros de la ciudad, hasta que escucho una auto pista, entonces bajo para seguir mi camino, sin antes recoger mi cabello y ponerme el gorro de la sudadera.

Al parecer era fácil guiarme siguiendo el sonido de la carretera pero por alguna razón en el bosque me sentía más libre contando cada hoja del árbol, sintiendo cada rayo de luz a través de las ramas acompañado del cantar de los pájaros, hasta que me encuentro con un ciervo, me escondo para poder acercarme lentamente pero veo a un niño sentado a lado de el, creí que lo estaba curando pero en eso el ciervo empieza a desesperarse y hace movimientos bruscos como si quisiera huir.

Al moverse logro ver varias mordidas pequeñas en su cuello y barriga, parecía reciente, al volver al niño se encontraba de espalda, se levanta para girar quedando con la mirada fija en mi se me congela la piel, trato de moverme o gritar pero es inevitable. Cada paso que daba el niño hacia mi se escuchaba el crujir de las hojas secas, al estar centímetros de mi cara me susurra -Pronto te alcanzara y no podrás huir pequeño ciervo-

Cierro los ojos esperando algún golpe soltando el aire, vuelvo a recuperar la movilidad, y abro los ojos, me encuentro con un ciervo descompuesto, como si hubieran pasado semanas, me incorporo y empiezo a correr con las pocas energías que me quedaba.

Logro alcanzar  la carretera y me dirijo a la cuidad, sin ningún lugar al donde ir me dirijo a unos departamentos alquilando con el dinero ahorrado de mi madre, incluso el casero se preocupo un poco de mi estado ya que hablaba golpeado con la frente toda sudada, simplemente le respondí que me habían dicho que aquí ya no tenían vacantes y vine lo más rápido posible, no le iba a decir que huía de un mutante que es mi amigo, me entrego las llaves con una sonrisa cálida subo las escaleras y buscar mi habitación, hasta que pude tranquilizarme al sentarme en el sofá del cuarto.

Al entrar recargue mi cabeza con en respaldo del sofá, tratando de recuperarme mi aliento entonces me levanto para abrir la mochila y desempacar lo poco que tengo, entro a la habitación era muy amplia para el precio que me dio, eran las paredes blancas, una cama matrimonial con colcha de color turquesa y un ropero, comencé a desempacar, fue demasiado rápido así que exploro un poco la habitación y encuentro un balcón pequeño con una maceta colgando del barandal.

En eso mi estomago empieza a rugir me dirijo a a cocina para ver si hay algo pero solo me encuentro con café en la lacena y galletas en la mesa pero ya son más de las 3 y no he desayunado así que decido ir al supermercado a comprar lo indispensable.

Tomo mi celular y dinero para antes de salir tomar unas cuantas galletas para el camino.

Extraños sucesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora