Capitulo 31: Desconfianza

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Entonces le comencé a contar mi versión de la razón de que me encontrara así al final unas lágrimas escaparon y las limpiaba rápidamente pero era inevitable, Samuel solo se quedó en silencio, al terminar me dio un abrazo –todo estará bien- susurraba en mi oído.

Después de terminar mi bebida caliente acompañada de crujientes galletas de las que caían migajas en la manta, no hablábamos de muchos temas ya que siempre profundizaba cada uno de ellos, pero a pesar de eso no me aburría era como una niña pequeña a la que le contaba historias de dragones y princesas.

Samuel: _____? Por un momento de fuiste.

_______: Lo lamento, Pero tengo que preguntarte algo.

Samuel: Claro.

_______: ¿No viste un lobo negro cerca cuando me encontraste?

Samuel: ¿Porque preguntas?

_______: Recuerdo haber visto uno, yo creo que si no fuera por él estaría hecha una paleta de hielo.

El solo responde con una sonrisa y negación, pero a los pocos minutos después se escuchan crujidos en el segundo piso, eso hizo que me levantara repentinamente.

Samuel: Tus cosas están en el segundo cuarto a la derecha, ve.

______: Samuel... ¿está todo bien?

Samuel: Ahora -serio-.

Su mirada no era la misma, sin más que añadir subo las escaleras con prisa, entro al segundo cuarto y me encierro, miro una cama con mi bolso y un baño, entro para darme un baño rápido para cambiar mi ropa. Pero al salir acompañada del vapor del agua envuelta con una toalla mi cuerpo, abro la puerta lentamente para poder por un rabillo de la puerta, con la que es casi imposible.

Samuel: Podrías si quiera avisado de que vendrías.

Lana: Fue repentino al igual con lo que paso en aquella casa.

Abro un poco más la puerta para poder escuchar mejor.

Samuel: Yo no tengo nada que ver con eso.

Lana: Tu no pero alguien que conoces sí.

Fijo si mirada en mí con una frialdad intensa que hizo que mi columna se retorciera. Cerré con un portazo tomando con fuerza la toalla y retrocedí, no tardo mucho en abrir la puerta como si fuera su casa y se me acerca comando de mi brazo y tirándome del suelo.

Samuel: -Entra enojado- ¡¿Pero que te ocurre Lana?!

Lana: Ella es una amenaza para nosotros aunque también es nuestra salvación.

La miraba confundida, pero Samuel sabia muy bien sus intenciones conmigo desde un principio y nunca me comento de ella.
Se me acerca con un movimiento de manos me arroja a la pared dejándome inmóvil trato de moverme pero es en vano, saca una pequeña navaja haciendo un corte en mi muñeca, entonces comienza a brotar sangre y la coloca en un frasco.

Samuel: Basta con esto Lana.

Se acerca impotente y al estar a centímetros de ella hace cierra un puño provocando que caiga retorciéndose de dolor, eso eleva cada vez más mi ira, aprovecho que esta distraída para esforzarme en tomar un pequeño cuchillo de la cajonera que estaba a lado mio. Lleve a acabo mi plan pero al momento de tener mi cuchillo en su cuello se desvanece con un frasco de mi sangre.
Tiro el cuchillo y me acerco a Samuel, al parecer volvió a recuperar la cordura.

Samuel: Yo estoy bien, pero será mejor de que te cambies esas toallas de sangre - nervioso-.

Me sonrojo ya que no me acordaba de las toallas, el se ríe como respuesta de mi sonrojo así que tomo la mochila y me encierro en el baño.
Primero tomo vendas del baño por la herida de la muñeca y comienzo a vestirme con la ultima ropa que me quedaba. Salgo para volver a poner la mochila debajo de la cama.

Samuel: -gritando- ¿Quieres que te lleve a algún lugar?

Al parecer lo único que quería es mantenerme lejos de Lana, pero su tono de voz mientras hablaba con ella no era de miedo ni de debilidad era fuerte y firme; al parecer hay muchas cosas que no me han dicho aun.

_____: Si, de hecho tengo que ir a trabajar.

Tomo mi mochila con solo lo necesario y me dirijo a la salida, abre la puerta del carro para yo entrar y él la del conductor, me permite conectar el teléfono con el estéreo y lo pongo en modo aleatorio (NA: Háganlo y comenten que canción apareció ☺️) aunque no pude contener más esta duda.

_____: Samuel cuantas cosas tienes que esconderme de ella, he notado tu actitud y no me parece justo que no me digas nada.

Samuel: Créeme quisiera decirte todo pero no tengo ese permiso, todavía no.

El auto se detiene una cuadra antes de llegar a la cafetería, agarro mi mochila de mala manera y cierro la puerta, mi ira no era discreta pero no me gusta que escondan cosas de mi, más si es de vida o muerte.
Al entrar cambio radicalmente mi cara para saludar a las demás y entro a los vestidores a cambiarme mis ropas, cuando me amarro el mandil de la espalda doy media vuelta para encontrarme con Willy sin expresión alguna.

Willy: ¿Esta todo bien?

_____: No, pero no es importante, tengo que ir a abrir.

Willy: -toma de mi brazo- todo se resolverá pronto. También lamento lo que paso.

Con esas palabras hizo que desconfiara o sospechara más de él; ¿acaso toda la cuidad sabe algo que yo no?
Abro las puertas del bistro para dejar entrar las primeras personas en ordenar un café mañanero.

Extraños sucesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora