AGRIDULCE

CAPITULO 18 - PARTIDO

 hola a todos!!! me encanta saber que leen! ya que escribir es algo que apasiona hacer y que uno lo hace con gusto!!

imaginar una historia por años y ahora poder plasmarla y luego ver que hay gente a la que le gusta es realmente.... no podria describirlo pero es algo cercano a emocionante y hermoso!! ^^

   espero les guste, lean! voten! comenten! :)!

        peace and love for everybody!!

La multitud de la gente en la entrada me hacía sentirme un poco claustrofobia de solo verla desde lejos.

Dylan abrió paso delante mí, y la gente, al ver su pierna, se quitaba con educación. Sofía iba a mi lado derecho y Fede a mi lado izquierdo, atrás venia, Salomé, la cual hablaba animadamente con Lola, y detrás los demás.

Todos entramos y nos ubicamos en las sillas. Según había dicho Dylan, era la primera vez que veía el partido desde las sillas, ya que él debía estar jugando pero por su fractura y su férula, que a ambos nos quitarían en dos días, lo cual era magnifico, no podía jugar. Él se sentó a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja, mirando animado el partido y haciendo ruidos de inconformidad que hacían que los demás nos riéramos de sus gestos.

Divisé a Sofía, quien ya se hallaba junto con sus amigas en una fila abajo, pero de vez en cuando volteaba a vernos. Fede estaba con unos amigos más arriba de nosotros y podía sentir su mirada clavada en nosotros. Adam no había querido venir, ya que su hermano no jugaba y por ende se le hacía demasiado aburrido ir por otra razón.

María se había quedado en casa junto con la abuela…

Al acordarme del suceso de hace unas horas, la piel se me ponía de gallina…

FLASH BACK…

 

 Entramos a la casa callados. Dylan iba delante mí. Escuchamos ruidos en la sala junto con algunas voces, entramos a la sala de forma silenciosa que se oían mis tacones resonar en la baldosa. Aferré mis manos a mi mochila terciada y respiré profundamente. Vi como mi mellizo se tensaba en sus hombros al entrar a la sala.

Recorrí con mi mirada la sala como siempre lo hacía cuando estaba en cualquier lugar: Fede se hallaba recostado en la puerta con una sonrisa bastante fingida en su rostro, Adam estaba sentado en el sofá con sus pies encima de la mesa del centro con una mirada irritada, Sofía se hallaba sentada a su lado, jugando con su cabello mientras nos miraba entrar, en su cara no se reflejaba nada de alegría, en el otro sofá se encontraba María que tenía una sonrisa de absoluta felicidad, y sus ojos estaban fijados hacia el otro lado de la habitación. Seguí el curso de su mirada y vi quien estaba parada de espaldas hacia nosotros, viendo por la ventana.

La famosa abuela Rinaldi… tenía el cabello rubio que se notaba que era tinturado, se notaba que la señora trataba de ocultar su edad; era un poco robusta, pero tenía buena figura para ser abuela. Llevaba un saco elegante color negro con rallas blancas, su pantalón era negro y tapaba sus zapatos, pero se notaba que llevaba tacones- Tenía una postura rígida, sus manos ya arrugadas por su edad estaban adornadas por varios brazaletes dorados y varios anillos en sus dedos. Al escucharnos entrar, todos juntos  voltearon a vernos. Ahí fue cuando noté que sus ojos verdes eran opacados por la plasta de maquillaje que llevaba encima. Sus ojos, al ver a Dylan, se abrieron y en ellos se veían demasiadas cosas ocultas…sus ojos no reflejaban lo que cualquier abuelo o abuela de su edad mostraría esos abuelos que al verlos vez tanta sabiduría, vez ternura vez en ellos las innumerables historias que te animan a preguntar sobre sus juventudes. En los ojos de esta señora se hallaba demasiada arrogancia que se reflejaba en toda ella, tal y como Dylan y Sofía me la habían descrito muchas veces.