CAPITULO 10 - FAMILIA

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bueno un capitulo mas un viernes mas!

este es largo largo!! gracias por leer! espero les guste! 

besos y abrazos! :)


- ¿Estás lista? – dijo Dylan. 

Los seis nos encontrábamos parados frente a un portón de la casa de Dylan. La casa por fuera era espectacular. Lo que más me llamaba la atención eran los jardines tan vastos que tenia y la arquitectura a su alrededor.  Sacudí mi cabeza para regresar a la realidad y me puse mi capucha. Me dio un leve dolor de cabeza y mandé mi mano al parche que tenia ahora en lugar de la venda al lado derecho de mi cabeza, respiré profundo, volteé a ver a Dylan y le di un asentimiento.

Dylan golpeó la puerta, y segundos después, una señora de edad abrió. Sonrió al ver  a Dylan y le dio un fuerte abrazo, cuidando sus muletas. Mientras registraba la escena con mi vista, un olor a vainilla me invadió ese olor que siempre había estado en mi memoria. Un escalofrió recorrió mi columna.

-Mi niño- le dijo con preocupación mientras cogía sus mejillas y las apretaba- ¿cómo sigues? ¿Qué fue lo que ocurrió? 

-Estoy bien, nana – dijo sonriéndole. La señora meneó la cabeza en señal de reprobación y volteó a vernos, dirigió su vista a mi brazo.

-Ella debe ser la chica que salvaste -dijo la señora con una sonrisa en su cara, mirándonos con familiaridad lo cual hizo que me diera alegría por alguna extraña razón.

- Si, nana. Ellos son unos amigos, ahora te los presento, ¿están todos en casa? – dijo Dylan mientras entrábamos.

La casa era grande, el lobby tenia una mesa redonda en la mitad con un arreglo floral, las paredes de un color agua marina con una cenefa de madera café , había cuadros en las paredes de pintores reconocidos, amaba la pintura y todo lo que fuera arte por ende no se me hacia difícil saber el nombre de la algunos cuadros que había en aquel lugar, de frente habían dos escaleras que se unían arriba, y al fondo se veía un pasillo que llevaba a un patio por lo que se veía, a los lados habían dos largos pasillos y en el fondo una puerta en cada uno y antes de subir a las escaleras habían dos enormes puertas lado a lado, el piso era de una baldosa blanca y negra como si fuera ajedrez pero eran brillantes, las paredes eran blancas y el techo era alto, las lámparas arañas colgaban en lo alto, todo era elegante, pero con un aire actual, todo era tan familiar pero tan ajeno, ese olor  seguía ahí latente, y todo hacia que mi cabeza doliera un poco mas.

-Sí, mi niño, todos están en la sala esperándote a ti, junto con un señor que dijo ser un detective, y pidió que te esperáramos – dijo mientras nos guiaba por el pasillo y abría la gran puerta corrediza de la derecha que al parecer nos llevaba a la sala. 

La sala era gigante, tenía dos muebles, bastante grandes, uno enfrente de otro, en la mitad había una mesa pequeña triangular, en todo el frente había una enorme chimenea, el techo era igual de alto que el de la entrada, habían mas cuadros, a un lado de la habitación había una mesa de billar, y al otro lado había un televisor enorme con mas muebles frente a él. Divisé mi mirada a los muebles grandes y me encontré con varios ojos observándonos.

La que estaba sentada más cercana era una chica joven. Al ver entrar a Dylan le sonrió,  corrió a abrazarlo y le dio un beso en la mejilla. Tenía ojos verdes, pero su maquillaje los hacía ver más oscuros, tenía una cara fina y su cabello negro azabache le llegaba a los hombros, y estaba vestida como muchas de las revistas que veíamos con Salomé, era una Chica de dinero. 

- ¿cómo sigues enano? – le dijo a Dylan. 

 Éste le sacó la lengua de forma infantil y le sonrió.

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