CAPITULO 16 - NUEVOS AMIGOS, NUEVOS ENEMIGOS

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 BUEN DIA A TODOS!

ESPERO DISFRUTEN DE LA LECTURA!

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PEACE AND LOVE!

- Con que aquí estabas – levanté mi cabeza y me encontré con Dylan mirándome con una sonrisa en su rostro. Le devolví la sonrisa y palmeé el pasto a mí lado – ¿cómo te sientes? – dijo mientras se acostaba  con cuidado por su pierna

- Abrumada- solté un bufido y una risa. Dylan se unió a mi risa – son demasiadas cosas, son tantas preguntas que aun tengo en mi cabeza, son tantas emociones encontradas, no lo sé son demasiadas cosas... te lo juro.

- Lo sé, pero me alegra tenerte aquí, y lo que se venga lo enfrentaremos todos juntos– dijo, me apretó la mano sonriendo.

- Juntos – dije devolviéndole apretón y la sonrisa, tal vez era el momento exacto para preguntarle sobre esa chica misteriosa – ¿Dy? ¿Puedo preguntarte algo?

- Dime – me contestó mientras miraba hacia arriba.

-¿Quién es esa chica que se sienta adelante en todas las clases, la chica que tiene el cabello largo negro?- primero quería saber la identidad de la chica luego le preguntaría que pasaba.

-  Se llama Alison, ella y su hermano son becados... ella es la chica más inteligente del salón, por no decir del colegio. El problema es que nunca habla con nadie, es demasiado diferente, es callada. Solo lee libros, la verdad es un gran misterio – me dijo mientras se colocaba sus brazos detrás de su cabeza y se comenzaba a acostar.

- ¿Te gusta? – Dylan se sentó rápidamente en el pasto y me volteo a ver con sus ojos bien abiertos, luego mordió su labio - Te gusta – dije en forma de afirmación sentándome  y sonreí.

- Es algo extraño porque me llama tanto la atención, su forma de actuar, lo diferente que es de todas las demás, su cabello tan hermoso, sus ojos son como un profundo mar, y sus labios y palabras no pronunciadas ella es un misterio, un misterio que estoy seguro quiero descubrir- sus ojos cafés brillaban de forma extraña. Mi hermano se estaba enamorando, una sonrisa se formó en mi rostro y él me la devolvió.

Entre nosotros no hacían falta las palabras, desde antes de saber que era mi hermano sabíamos como comunicarnos, sabía que él estaría ahí para mí y él sabía que yo estaría ahí para él.

La semana estaba pasando de forma rápida, al parecer mi nuevo pero viejo padre había hablado con el director que a su vez había hablado con los profesores para que por ahora nadie dijera mi apellido de forma pública, por respeto a mí, mi padre temía que yo me aterrara y saliera corriendo y que no aguantara a toda la gente encima intentando, preguntarme sobre cómo había pasado todo y que había sido de mi vida estos nueve años, lo cual tal vez podría ocurrirme ya que mi cabeza era un torbellino de preguntas.

Varias cosas habían ocurrido los tres últimos días, mi yeso ahora era de muchos colores, mis nuevos amigos habían hecho un estupendo trabajo y ahora mi yeso era demasiado colorido pero de forma buena, al igual que el yeso de Dylan que a ambos nos lo quitarían en una semana lo cual nos alegraba enormemente. Todos nos llevábamos bien,  ahora éramos por decirlo así un nuevo grupo, las charlas en los descansos eran demasiado amenas ya que cada uno de nosotros éramos totalmente diferentes así que siempre había temas de que hablar, y compartíamos mucho entre todos.

Nacho, que su nombre real era Ignacio, era hijo de un dueño de una cadena de restaurantes, tenía un hermano que andaba con Adam según había visto y me habían mostrado,  Nacho era bastante amable y atento era buen estudiante pero era demasiado fresco en todo lo demás como su aspecto.

AGRIDULCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora