CAPITULO 45 - UNA VERDAD

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  • Dedicado a Laura Melendez Olaya
                                    

PIDO MIL DISCULPAS A TODOS LOS QUE LEEN ESTA HISTORIA!

SE QUE ME DEMORE BASTANTE!

CON TODO LO DEL INICIO DE AÑO Y VARIAS COSAS MEDICAS NO PUDE SUBIR ANTES Y PIDO DISCULPAS POR ESO!

NUNCA DEJARIA LA HISTORIA SIN TERMINAR, POR USTEDES Y POR MI!

SE LOS DEBO Y ME LO DEBO!!

YA EN ESTAS SEMANAS QUE RESTAN DEL MES DE ENERO SE ACABARA ESTA HISTORIA! Y ESPERO DE TODO CORAZON QUE LES GUSTE EL FINAL Y QUE LA HISTORIA SEA ALGO QUE DE UN POCO DE LUZ A SUS VIDAS!

GRACIAS POR LEER! :)

Había escuchado y leído demasiadas veces frases como “ ojala pudiera olvidarme de…” y siempre me había parecido algo de mal gusto porque sabia que era olvidar y no recordar nada, muchas personas desearían borrar sus recuerdos por alguna situación dolorosa pero si realmente se encontraran en blanco sin nada mas que una vaga certeza de su nombre ya que me había ferrado a el con firmeza porque era de lo único que estaba segura, si realmente pudieran saber que se sentía esa agonía de no recordar, de sentirse perdida, desprotegida, con un miedo infinito que no entendías, con desespero de cerrar los ojos para no ver las sombras de manos oscuras sobre ti, sombras de un lugar desconocido, sombras que se aferraban, que te jalaban algo mas oscuro y profundo, hacia una vida totalmente desconocida.

recordaba el frió del lugar, el olor a polvo, a viejo, incluso un poco de olor a barro, la única luz que se podía observar era la luna que se reflejaba vagamente desde la ventana hacia las tablas del piso de aquel lugar, recordaba el dolor que sobreabundaba por todo mi cuerpo, tenia tanto frió que podía oír el castañeo de mis dientes, pero no sabia si era exactamente solo por el frió, escuche un ruido afuera del lugar y el pánico se apodero de mi y comencé a gritar, no tenia sentido que lo hiciera pero grite y llore porque desconocía todo a mi alrededor porque estaba sola, porque tenia un miedo inmenso a todo, grite porque vi. Sangre en mis manos y grite porque me dolió todo por gritar, mis propios gritos me asustaban, solo sentía miedo…solo miedo.

- tranquila – repitió la psicóloga en mi oído, no sabia desde hace cuanto me estaba hablando o que había dicho – respira profundamente y cuando te sientas lista vas a abrir los ojos.- hice lo que me pidió porque tenia miedo de tanta oscuridad y sentía como todo mi cuerpo temblaba.

Abrí los ojos y estaba de nuevo en el consultorio de miranda, respire aliviada al ver tanta luz, ella se hallaba junto a mi sentada en una silla viéndome detalladamente con su libreta en su mano, era una mujer joven un poco mas que cielo.

- ¿como te sientes? – pregunto mientras me sentaba e intentaba respirar y digerir todo.

- rara – mi voz salio mas ronca de lo que esperaba, talvez los gritos no habían sido solo en el recuerdo.

- es normal – dijo sonriendo un poco para tranquilizarme, extendió un pañuelo rosa, lo recibí y limpie las lagrimas restantes. – esta es la segunda vez que lo hacemos y hemos avanzado. – en eso tenia razón, antes había visto recuerdos de cuando me encontraron y llevaron hacia el orfanato eso no había sido tan atemorizante y ahora había podido llegar mas atrás, cuando estaba sola en ese lugar, la idea era retroceder hasta la verdad y el principio.

AGRIDULCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora