CAPITULO 24 - PIJAMADA

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Lo curioso de las películas de terror es el juego mental que te dejan, puedes ver la sombra de un pájaro que vuela por tu ventana y pensar que el mounstro, el zombi, la bruja o lo que sea de la película que acabas de ver, esta en tu habitación, o hasta tu propia respiración crees que no es tuya que pertenece a las sombras que jalaran de tus pies, aun así amaba las películas de terror, y el hecho de tener a mis hermanos en la habitación hacia que el miedo se disipara un poco, y mi intención de despejar mi mente de lo hablado con el psicólogo no fuera en vano.

No se cuanto llevaba tratando de dormir, pero aun no podía lograrlo, aunque siempre caía rendida, hoy era el día de la diferencia, y sabia que la película tenia la principal culpa, aun así prefería pensar en la película que las otras muchas razones por las cuales el sueño no ocuparía una prioridad en este momento.

- ¿hay alguien despierto? – la vos de Maria rompió el silencio de la noche.

-¿tampoco puedes dormir? – le pregunte casi en un susurro.

- nada, por mas que cuento ovejas – respondió soltando un suspiro, y yo sonreí en la oscuridad ante su comentario.

- y no es la única – dijo Damián desde el piso.

- no se ustedes pero tengo mucha hambre – dijo Sofía levantándose de la cama, al parecer no era la única con insomnio esta noche.

- ya somos dos – dijo adam y pude imaginarlo tocándose el cabello como siempre lo hacia.

- tres- dijo Federico.

- creo que todos – dijo salome desde la cama aun.

- busquemos algo de comer- dijo dylan levantándose, todos asentimos y salimos del cuarto en silencio.

Bajamos las escaleras tratando de no hacer ruido y nos adentramos en la cocina buscando algo, pero nuestros intentos por guardar silencio fueron frustrados.

El silencio que invadía la casa, fue traspasado por un grito de dolor de adam, lo siguiente que se sintió fue el abrupto choque de todos, con el de enfrente, agradecí estar de ultima, adam se sentó en el suelo, y todos nos colocamos a su alrededor, esperando alguna reacción, pero de nuevo rasgo el silencio con una gran carcajada que nos contagio a todos de inmediato y todos intentábamos callarnos entre todos.

De repente se escucho como alguien bajaba las escaleras rápidamente, así que todos nos escondimos detrás del enorme mesón de la cocina.

El ruido de la puerta abriéndose abruptamente, fue lo siguiente en escucharse, confirmándonos a todos que la abuela se había levantado y no quería imaginarme la cara que tendría.

- ¿quien esta ahí? – pregunto con vos adormilada pero enojada a la vez.

El silencio se torno el clímax en la cocina, la respiración acompasada de Regina y el poco aire en nuestros pulmones se hizo parte del ambiente, vi. Que fede estaba apunto de levantarse pero al parecer ninguno tuvo que hacerlo.

- yo discúlpeme, es que acabe de terminar el aseo en la cocina y me tropecé- la vos no salio de ninguna de nuestras bocas, alce la vista y vi. A victoria que salía de las habitaciones y se hacia detrás del mesón ocultándonos.

- la próxima vez niñita no tienes que hacer tanto ruido – la vos de Regina sonó mas a un ladrido enojado, que la vos de una típica abuela.

- si señora – la puerta volvió a abrirse y a cerrarse haciendo que su vaivén soltara un chirrido típico.

- uff que salvada- dijo salome sentándose totalmente en el suelo, todos imitamos su acción y nos quedamos sentados aun con nuestra respiración acelerada.

Adam seguía sobandose su pie, sonreí tan solo mirarlo de esa forma, mientras con sus labios formaba una línea aguantando la rabia y el dolor, aun así había algo de diversión en su rostro aun.

Voltee a ver a victoria que seguía mirándonos de pie- gracias tory – esta sonrió tímidamente y se acomodo su cabello.

- ¿y que fue todo ese escándalo? – pregunto casi en un susurro.

- es que teníamos hambre y creímos que era una buena idea venir a buscar algo – dijo Sofía levantándose y acercándosele un poco, tory sonrió con gracia al mirar a adam.

- ¿como esta tu pie? – adam subió su mirada y se encontró con la mía, sacudió su cabeza y sonrió e intento colocarse de pie peor Damián termino ayudándolo.

- ¿nos puedes ayudar? – Preguntó Sofía un poco tímida, no dudaba que hacer mucho no le dirigía la palabra- es que ninguno sabe donde están las cosas aquí En la cocina.

- claro – dijo esta acomodándose su uniforme, volteo a ver rápidamente a fede y siguió en lo suyo.

-¿estabas llorando?– voltee a ver a salome, pero esta no me miro, por ende no había forma de callarla- bueno es que tienes los ojos hinchados y la nariz roja.

- es solo un resfriado – dijo tory sonriéndole un poco y siguió buscando cosas.

Tory comenzó a sacar las cosas con las que armaríamos los sándwich, y todos comenzamos a ayudar en silencio, ya que estaba segura que compartíamos el miedo de que la abuela volviera a aparecer y eso era más miedoso que la película de terror que acabábamos de ver.

- bueno yo ya quede completamente llena- dijo salome mientras se sentaba en la silla.

- creo que todos – dijo dylan mientras tomaba jugo.

- lo mejor es que nos vallamos a dormir ya, antes de que baje la abuela – dijo Maria.

- si pero antes todos ayuden a organizar – dijo fede mirándonos a todos con cara de orden.

- no se preocupen yo lo hago – dijo victoria, todos volteamos a verla y ella sonrió con amabilidad aunque esta sonrisa no llego a sus ojos.

- de ninguna manera, no creerás que nos vamos a ir y te vamos a dejar todo esto aquí- dijo Sofía mirando a victoria con reprensión.

- no es como si ya no lo hubiéramos hecho Sofía – todos volteamos a ver a Maria  y ella alzo sus hombros – tan solo digo la verdad, pero Sofía tiene razón  ¡!a trabajar!!

Después de dejar la cocina limpia y agradecerle a tory por la ayuda, nos subimos todos al cuarto y nos quedamos dormidos, las niñas en la cama y los chicos en el suelo.

Completando una real, original y primípara pijamada de hermanos.

AGRIDULCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora