Sofía me convenció a ir de compras, lo cual no le resultó tan fácil porque era algo totalmente nuevo para mí y le fue difícil hacerme acceder.
- Necesitas nueva ropa, aunque, bueno. En el colegio se usa uniforme ¡lo detesto! – Decía Sofía mientras entrábamos a una tienda enorme de ropa que no se veía nada económica.- Buenos días- saludó Sofía al entrar a una señora con uniforme con una sonrisa.
- Señorita Renaldi, que bueno verla – dijo una señora elegante, con una pequeña sonrisa.
- Digo lo mismo Gloria, por favor necesitamos remodelar nuestros armarios – Sofía comenzó a caminar por el lugar, guiándome como si ya se conociera el lugar.
- ¿Y para su amiga también? – preguntó Gloria, y ambas nos volteamos a verla.
-Gloria, ella es mi hermana, Amelia, así que quiero que la atiendas como debe ser. De hecho, ábrele una cuenta.- dijo Sofía mientras miraba unos vestidos, con una grande indiferencia.
La señora se quedó paralizada, mirándome detalladamente. Ya me estaba acostumbrando a esa mirada en la gente, no me imaginaba como seria cuando entrara al colegio y para eso solo faltaban unos días nada más.
Sofía me hizo medir casi toda la tienda. Nuestros gustos eran demasiado diferentes, pero aun así ella apoyó las cosas que elegí y me ayudó a elegir más cosas. La verdad no estaba de acuerdo en gastar tanto dinero, pero solo quería que esto saliera bien ya que era nuestra primera salida como hermanas.
Luego pasamos a una tienda donde se encontraban varias cosas para adornar los cuartos. Sofía me dijo que me quedara afuera mientras ella se encargaba de todo que la esperara en la heladería.
Comencé a caminar hacia la heladería, y escuché una fuerte música que sonando en el centro comercial. Me dejé llevar por el sonido proveniente de un grupo de chicos bailando hip-hop, algunos haciendo maromas, sosteniéndose con sus manos en el piso. Había dos chicas y dos chicos y tenían un bafle de donde salía el sonido, casi nadie los observaba pero a ellos no parecía importarles. Se notaba que disfrutaban lo que hacían.
- ¿Te gustó?- la voz de una de las chicas me sacó de mis pensamientos.
- Sí, la verdad es que lo hacen genial – dije sonriéndoles. Los otros tres chicos comenzaron a acercarse.
-Gracias – dijo un chico de tez morena y me sonrió
- ¿Cuál es tu nombre?- me preguntó la otra chica.
- Amelia – contesté.
Los chicos no parecían ser de los que piden plata mientras bailan, esos que ya conocía perfectamente y veía siempre por las calles de donde vivía, más bien se veían bien vestidos.
- Yo soy Lola – dijo la chica de cabello oscuro con mechones de colores. Era de mi estatura y tenía unas facciones muy delicadas en su cara. Sonrió al verme.
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AGRIDULCE
Fantasila vida no siempre es agria como solemos pensar, aveces nos enfrentamos a cosas dificiles esto le sucedio a amelia a vivido cautivada por los enigmas del pasado y al mismo tiempo de su presente pero con un poco de fe,valentia, y tenacidad pudo sali...