AGRIDULCE

CAPITULO 34 - UN POCO DE SINCERIDAD Y MUY POCO DE ORGULLO

PERDON POR NO SUBIR ANTES!

     SEMANAS DE LOCOS!!

  GRACIAS POR LEER! SUBO PRONTO!!! :)

Un golpe se escucho fuertemente, levante mi cabeza abriendo mis ojos poco a poco, cuando mis ojos se acostumbraron a la luz, logre visualizar varias miradas hacia donde estaba y allí recordé a anthony, este se  hallaba al lado mió aun y tallaba los ojos, mientras bostezaba lo que causo que yo hiciera lo mismo, volví mi mirada hacia delante y ahí supe quienes eran.

- MIA, ¿estas bien? – dijo fede acercándose rápidamente a la colchoneta y arrodillándose a mi altura, en ese momento un estornudo salio de mi, y de inmediato el dolor de cabeza y el sentimiento de pesadez y dolor de cuerpo se hicieron presentes, me había resfriado.

- si – dije con voz ronca, fede asintió y luego volteo a ver a anthony con cara de pocos amigos.

- ¿podrían explicarme que hacen aquí? – pregunto un señor bien vestido con traje, si no estaba dormida aun, estaba segura que se trataba del director, recordaba haberlo visto en un cuadro en el colegio.

- nos quedamos encerrados – dijo anthony levantándose mientras peinaba su cabello con sus manos, su voz sonaba ronca pero tranquila.

- ¿espera que yo le crea eso? – dijo el señor viéndolo de arriba abajo con una ceja alzada.

- no lo que pasa es que queríamos acampar y decidimos venir al lugar mas oscuro, sin agua, sin alimentos, sin cobijas, realmente era un plan tentador – las palabras salieron rápidamente de mi boca, fede me vio con cara asombrada pero un risa burlona en sus labios, el director se quedo viéndome y luego asintió a mi dirección.

-¿y como sucedió todo entonces? – pregunto viendo hacia el cerrajero que revisaba la chapa, que ahora estaba dañada.

Anthony bajo su mirada hacia mi, el como yo no queríamos echar al agua a dulce, ella era tan solo una niña, traviesa pero afín y al cabo una niña.- estábamos guardando las cartillas de la tutoría y de repente la puerta se cerro con una ráfaga de viento y no abrió mas, le intentamos de todas las formas y gritamos todo lo que pudimos pero no sucedió nada – dije con tanta facilidad que hasta yo misma me creí la historia, anthony sonrió de medio lado.

- recuerdo que ya le había pasado a una maestra, estas chapas son engañosas – contesto el hombre que seguía moviendo la chapa, se escuchaba ya de edad.

- bien, entonces pueden ir a sus casas, aun es temprano, si se sienten bien seria bueno que no se perdieran las clases – asentí mientras me levantaba y me comenzaba a colocar las botas, fede estiro su mano y peino suavemente mi cabello, le sonreí dándole las gracias, este era de la misma estatura que anthony, de nuevo un estornudo me hizo encoger de frió.

- es mejor que vallamos a casa y te acuestes, esa pared fría no debió haberte hecho bien – dijo este viéndome preocupado, se quito su chaqueta y me la puso en los hombros. – gracias por cuidar a mi hermana.