Capítulo 13

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Mis prácticas de vuelo con los dragones incluía establecer los enlaces con Jinetes o con los viejos dragones, para no cansarme el grupo era reducido y no volver a recaer en el 'mal del jinete', pero la práctica era constante. Pronto me habitué a los ejercicios que hacían para atacar y defenderse, a ver quienes debían de ser los primeros o los últimos y en qué circunstancia. Los viejos dragones solían bombardearme con imágenes, recuerdos que creían que me sería útil. Mientras los entrenamientos para la siguiente prueba continuaban.

Faltaban dos días para la prueba, todos habíamos trabajado mucho, reuniendo información y entrenándonos en secreto hasta conseguir poder trabajar en equipo. Las clases teóricas terminaron y empecé a repartir tareas a los aprendices. Príus se levantó y se dirigió a la clase.

- Tengo algo que deciros - todos nos callamos para escucharle - el día de la prueba lucharé solo sin ayuda del grupo. - Los demás aprendices empezaron a murmurar.

- ¿Por qué? - le pregunté.

- Mi padre... mi padre no me permite luchar junto a una... Morlan - me dijo, bajó la cabeza avergonzado, como si estuviese diciendo algo malo, supongo que habría dicho descastada pero hacía tiempo que no me lo llamaba.

- ¿¡Qué dices?!, ¡¿por qué?! - todos los aprendices empezaron a gritar al mismo tiempo.

- ¡Basta! - grité y me puse en pie - es la decisión de tu familia y has decidido respertarla y todos deberemos respetar su decisión. - Dije mirando al resto de los alumnos - ¿Los demás aprendices Zalta lucharán con nosotros?. - El resto de los aprendices de esa casa miraron con horror y miedo a Príus.

- No, esto solo me concierne a mí - dijo apesadumbrado - pero os aconsejo que no le digáis nada a vuestros padres hasta que pase la prueba. - el resto de los aprendices asintieron sintiéndose aliviados. Príus se levantó y se fue de la clase. Me quedé un minuto asumiendo la nueva situación y de repente salté por las mesas y le perseguí hasta el pasillo.

- ¡Príus! Espera! - le alcancé en una zona donde afortunadamente no había nadie - ¿le has dicho algo a tu padre sobre el... sobre el juramento? - le pregunté. Ni siquiera pudo mirarme a la cara cuando me dijo.

- No, no se lo he dicho.

- ¡Bien hecho! - Príus levantó el rostro sorprendido - ya tienes suficientes problemas para añadir más leña al fuego. Te asignaré una zona resguardada donde puedas tener alguna oportunidad tú solo, ¿de acuerdo?.

- No te defendí Senda, solo me quedé callado como un cobarde. - murmuró.

- Eh! Enfrentarse a un padre es muy difícil aunque tengas razón, no sé lo que ha pasado pero te apoyaré, todo se solucionará, de una manera u otra. - Le di una palmada en el hombro a modo de ánimo. Príus me tomo con la baja guardia y de repente me abrazó, fuertemente.

- Haré honor a mi juramento, Senda hija de Morlan. - me soltó y se fue corriendo en dirección a su torre. Suspiré y regresé a la clase, no me acostumbraba a esa nueva 'amistad' que había surgido entre nosotros, sabía que estábamos destinados a ser amigos pero... brrrr.... Era como sentir a un león darte un abrazo, nunca sabes cuándo te va a clavar las garras.

Tarnan me esperaba en la puerta de clase, con él no hacía falta grandes conversaciones, fluía todo como un tranquilo río entre nosotros. Con Príus o había un torrente o sequía, nunca lo sabías. Puso un brazo sobre mis hombros y me dejé llevar de nuevo al interior de la clase.

El gran día llegó, habíamos cumplido nuestro objetivo, nadie sabía que nos habíamos aliado para pasar las pruebas. Habíamos estado practicando por nuestra cuenta, teníamos preparadas las estrategias de la batalla, todos sabíamos que iba a enlazarnos... mi libreta estaba como siempre cargada de notas, esquemas...

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora