Me vestí con las ropas de aprendiz que me habían dejado los criados, Draco se había despedido momentos antes para esperarme en la arena después de darme algunos consejos. Estaba nerviosa, quería ganar a toda costa la prueba, quería seguir siendo la primera. Si mis padres me viesen ahora... con ganas de comerme el mundo y seguir liderando a los aprendices... jamás me dijeron nada pero sabía que mi falta de 'ambición' y la vida anodina que había escogido en una gran ciudad sin ellos cerca, les había parecido una mala decisión, quizá hasta una decepción. Y aquí estoy, convertida en Reina de un extraño Reino lleno de Dragones, envuelta en una guerra que si perdemos desembocará en el apocalipsis del mundo y a punto de entrar en una prueba que me llevará a pasar por una ceremonia para llegar a ser un Jinete de Dragón, me reí en silencio. ¿Ambición?, creo que había pasado con creces esa palabra. Les echaba de menos, a mi familia digo, hacía tiempo que no les veía y me gustaría visitarlos pronto. Ahora les visitaba con regularidad y mis comunicaciones eran muy fluidas a través de cartas, se iban haciendo mayores y me preocupaban. En el mundo de los dragones yo seguía siendo una niña, en el mundo de los humanos hacía tiempo que había pasado la mediana edad... era de locos.
Me miré por última vez y bajé de mi torre, los Morlans me esperaban para acompañarme. También eso había cambiado desde las primeras veces que me presenté a las pruebas, ya no iba sola, ya no estaba sola. Seguía siendo extraño pero me reconfortaba ver a la Casa Morlan en las gradas, quizá lo único que no había conseguido era que vitoreasen mi nombre, el silencio seguía siendo mi compañero cuando pisaba la arena.
Cada aprendiz y cachorro nos dirigimos a los huecos, Crim ya estaba allí esperándome y le saludé. El armero Morlan me dio mi espada y me aseguré que mi cuchillo estaba en mi pernera. Todo correcto. Me asomé un momento fuera de mi hueco y busqué entre el público del pueblo a Brom, le saludé con la mano efusivamente y él me devolvió el saludo.
En la tribuna real estaba el Rey con los Señores de Calem y Morlan junto a él, mi reciente matrimonio con él había encumbrado a Atham a una gran posición social dentro del Reino. Había como siempre más público sentado en la tribuna real pero no presté mucha atención. Busqué a Draco con la mirada y le encontré entre los Calem cómodamente instalado. Volví mi mirada al Rey... y él me miró... ¿Cuándo dejaría de asombrarme por lo guapo que era????.
El maese fue diciendo nuestros nombres, en último lugar mi Casa.
- Senda, hija de Morlan y Calem, aprendiz de Jinete, Reina de los Dragones – qué pomposo sonaba....
Salí a la arena con mi ropa blanca y negra, una vez más el silencio envolvió al público pero una vez más el público, desde el pueblo a todas las Casas se pusieron en pie según avanzaba en señal de respeto. Llegué a la tribuna, sonreí a Arco e hice el saludo protocolario. Me volví hacia los aprendices y éstos me hicieron el saludo a mí, también en señal de respeto. Ocupé mi sitio entre Tarnan y Príus, detrás el resto de los aprendices y de los cachorros en filas.
En anteriores pruebas habíamos hecho alianzas para ganar, primero entre los aprendices y luego con los cachorros de dragón. En esta prueba las alianzas estaban prohibidas y solo contabas con la ayuda del cachorro que te habían asignado para superar la prueba. Vi a Galadel a mi derecha entre otros cachorros, le saludé asintiendo con mi cabeza y me respondió del mismo modo.
- Cachorros de dragón, aprendices de Jinete – hablo el Dorc, Maestro de Jinetes – una nueva prueba tiene lugar hoy. Aprenderéis de ella a ser grandes jinetes y grandes dragones tras vuestra ceremonia. Vuestro primer combate será en el aire, conocéis las reglas, ateneos a ellas y que el honor os guíe. – Todos hicimos el saludo ante esas palabras. – Preparos estudiantes.
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Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)
FantastikLos dragones y sus jinetes vestidos de negro eran temibles. Juntos, el dragón y su jinete era poderosos y letales. Los aprendices como yo vestían de blanco, cuando acabase mi formación un dragón me elegiría si era la adecuada. Él solo me puso una co...