Capítulo 39

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Aterrizamos en la gran explanada y Draco soltó a los dos hombres, un grupo de Jinetes y Dragones nos estaban esperando tras avisar con mi conexión a Dorc. Los hombre retrocedieron asustados, por un momento incluso me dieron pena.

- Acompañadles y poned cómodos a nuestros huéspedes - dijo Dorc con ironía. Varios hombres se los llevaron, supongo que a las mazmorras. Iba a seguirles junto a Draco cuando el brazo de Dorc me lo impidió. - Tú vete a descansar jovencita, esto ya no te compete.

- ¡Pero si los hemos atrapado nosotros! - gemí.

- Y por eso Draco asistirá, tú irás a descansar y por la tarde a tus clases. Tienes que priorizar tu formación. - Volvió a decirme.

- Pero no es justo... - lloriqueé. ¡Maldita sea! Una noche a la intemperie y ¿no me iba a enterar???? No era nada justo.

- Dorc tiene razón, querida mía - me dijo el Rey apareciendo de pronto - debes descansar, seguro que Draco volverá pronto y te pondrá al día. Ve ahora por favor.

- Pero... pero... yo... - una mirada del Rey me hizo callar - sí, Majestad - le dije sumisamente.

Levanté la mano para decir adiós pero ninguno de los tres ya miraba en mi dirección, me sentí abandonada y traicionada en ese momento, mucho 'Senda ten cuidado, te queremos mucho' pero luego me dejaban más tirada que una colilla. Estúpidos adultos... Me volví a mi torre para asearme, había dormido por la noche un poco por lo que no tenía sueño por lo que me fui a los entrenamientos. Galadel ya estaba entrenando en la arena por lo que me puse a hacer algunos de los movimientos conjuntos que debíamos de hacer. Había pasado un buen rato cuando paramos.

- No ha estado mal, creo que esto ya lo tenemos dominado - me dijo Galadel mientras me entregaba una copa con agua fresca.

- Creo que sí, ¿quieres pasar a la siguiente tabla de ejercicios? - le pregunté mientras me secaba con un trozo de lino.

- ¿No estás cansada?, me han dicho que pasaste la noche fuera de patrulla - vaya, ¿Cómo se había enterado?

- Sí, pero estoy bien, pude descansar lo suficiente. ¿Seguimos?

- Quizá prefieras parar...

- No estoy bien, continuemos... - miré al cielo, un águila graznó en el cielo - oye... esto... que tienes razón, mejor lo dejamos, estoy cansada.... ¡Maese Rico! ¿puedo descansar?, estoy un poco cansada de esta noche.

- Claro pequeña, puedes irte y volver a las clases de la tarde.

- Genial! Gracias Maese - contesté y me fui corriendo levantando el brazo a modo de saludo.

Corrí por las escaleras en dirección a mi torre, en el parque me encontré a Caius que se había posado y me estaba esperando.

- Hola amigo mío, ¿qué es lo que te preocupa? - le pregunté al gran águila mientras posaba su frente sobre la mía. - Ya veo, bien, enséñame por dónde.

- ¿Vas a ir con el águila? - di un respingo al oír a alguien detrás de mí.

- ¡Galadel!, ¿qué... qué haces aquí? - le pregunté sorprendida.

- Seguirte, por supuesto - me contestó - ¿Qué te ha dicho el águila?

- Nada que te importe, vete a los entrenamientos.

- No, no pienso volver a abandonarte - me insistió.

- Venga ya... lárgate!

- Eso Raise, ¡largo! Ella no necesita tu maldita ayuda - Tarnan apareció seguido por Príus.

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora