Capítulo 36

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Él se ha ido, el Rey de los Dragones se ha ido, así, sin más... se ha ido. Se ha ido de mi terraza, que eso no es extraño... creo.... pero es que se ha ido después de decirme que ¡soy su prometida!!!. Y aquí estoy, sentada encima de mi cama intentando digerir esa noticia... ¿y eso cómo lo haces????. ¡Buf! Prometida... al Rey... y yo que creía que enfrentarme al original era malo, pero ¿eso?, bueno... al menos es guapísimo, interesantísimo pero eso de casarme.... ¿antes de perder mis recuerdos estaría feliz por casarme con el Rey?

Amanecía cuando unas criadas entraron de nuevo a vestirme y asearme, me dejé ayudar un poco avergonzada de decirles que se fuesen, no sabía si eso era correcto. Luego me acompañaron hasta un salón donde un grupo de hombres y mujeres estaban ya desayunando. El Señor de Morlan estaba entre ellos, sonreí a Atham y me acerqué a saludarle, el me devolvió la sonrisa cordial y me invitó a sentarme al lado suyo.

- ¿Has conseguido dormir algo, pequeña? - me preguntó, supongo que mis ojeras eran evidentes.

- No mucho, hay todavía demasiadas cosas que no entiendo y me costó conciliar el sueño. - Suspiré - ¿Sabéis vos qué tengo que hacer ahora? - le pregunté.

- El Rey quiere que sigas con tu formación de Jinete, cree que un entorno familiar será productivo para ti.

- Ah! el Rey... - dije pensando en la bomba que me había soltado.

- ¿Hay algo que te preocupa hija de Morlan? - encogí los hombros.

- Me es todo tan extraño... ¿no podría quedarme a vuestro lado? - Atham me miró sorprendido por mi petición y luego puso su mano sobre la mía, le sonreí por esa muestra de cariño. Era mi familia, me resultaría fácil quererles.

- ¿Qué te parece si te acompaño hasta la escuela?

- Eso estaría muy bien, Señor - le dije.

- Decidido pues, te acompañaré después del desayuno.

La comitiva Morlan salió de sus dependencias después del desayuno, todos nos miraban pasar. Atham iba el primero y me ofreció el brazo, se lo cogí y caminamos juntos. Noté que la gente nos señalaba y murmuraba, pero no entendí proqué.

Llegamos hasta un bonito edificio, había un parque tras él y se veían coronar doce altas torres. Había jóvenes con ropas muy similares a las mías y me acordé de los dos chicos que estaban en la explanada, me pregunté si hoy les vería. Dorc, el Maestro de Jinetes, salió a recibirnos junto a otros hombres, parecían profesores.

- Señor de Morlan, vos por aquí nuevamente - Atham le saludó con un rígido movimiento de cabeza.

- A partir de aquí me ocuparé yo del aprendiz, soy el Maestro de Jinetes, su formación es uno de mis deberes. - Dio un paso hacia mí y me cogió el brazo.

- Senda se siente cohibida en vuestra presencia, necesita el apoyo de su familia en estos momentos - Atham me cogió del otro brazo.

- Caballeros, el aprendiz es mi responsabilidad mía, así que ¿por qué no la sueltan?. - los dos ancianos me soltaron a la par, miré hacia el hombre que había hablado, el bajó la mirada hasta mi altura y me sonrió y me hizo una ligera reverencia - Es maravilloso volver a verte Senda, soy Rem tu preceptor. ¿Te gustaría acompañarme a los entrenamientos?. - Asentí sin muchas ganas. Miré en dirección de Atham, era mi familia, no sabía si tenía que darme permiso, él me sonrió de manera exultante y me hizo un gesto de que fuese.

- Estaré en la arena viéndote, hija de Morlan. - Miró con suficiencia a Dorc. - Somos su familia, su Casa, ¿qué más puede necesitar? - Dorc le miró a él con cara de odio.

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora