Capítulo 23

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Me quería quedar en la cama, no saldría nunca más, solo quería llorar hasta que me volviese a quedar dormida... le había perdido, otra vez volvía a estar en la misma situación, ¿cómo había llegado a esa situación???. Enterré la cabeza en la cama y me puse la almohada en la cabeza.

- ¿Aprendiz? - una voz sonó desde la puerta de mi habitación - es hora de despertarse el sol ya ha salido.

- ¡Lárgate! - le chillé - eres un guardían no un maldito despertador!!!

- ¿Qué es un despertador? - me preguntó.

- ¡Vete!!! - maldito mundo estúpido, maldito idiota, maldito rey, malditos todos....

Salí arrastrándome de la cama, entre todo lo que había llorado y lo poco que había dormido mi cara estaba horrible, jo.... Me bañé y me vestí. Fuimos a desayunar y me senté en mi mesa.

- ¡Senda!, ¿qué te vas a poner para el baile??? - me preguntó excitadísima Moria.

- Nada.... Soy una aprendiz, no necesito ponerme nada Moria - le dije con voz cansada.

- Podrías ponerte un vestido de vez en cuando, no vas contra las normas - me dijo Príus.

- Te ataré a dos palos y dejaré que las lagartijas te devoren las entrañas Zalta... vuelve a hablarme de trapos y lo haré - lo amenacé.

- Vaaaale.... Nos hemos levantado con el lado cambiado, ¿no? - me dijo mientras levantaba las manos.

- Venga Senda, seguro que los Morlan te darán ropa -¡ buf! Los Morlans... pensé....

- No necesito ropa Moria - le dije - Bueno, he terminado, me voy a entrenar.

Salí del comedor y me topé con Tarnan, le gruñí un hola al pasar por su lado. Llegué a la arena y había varios maeses pero nadie más había llegado por lo que me dijeron que entrenase si quería sola. Cogí toda mi esencia y la descargué contra el suelo como un mazo, golpeé una y otra vez hasta que me cansé. Bueno, al menos había servido para quitarme la rabia de dentro... Cuando me di la vuelta vi que todos los aprendices y maeses me miraban horrorizados, había hecho un cráter en la arena, cerré los ojos... otra vez metida en un lío....

- ¡Senda! - me gritó Maese Rico - ¿pero qué has hecho?

- Me dijeron que entrenase yo sola - le dije.

- ¿Haciendo un agujero???? Senda tu esencia es muy fuerte, te tenemos dicho que tienes que controlarte, ese carácter debe ser reprimido, puedes hacer daño a alguien, Senda, tienes que controlar toda tu esencia, no puedes....

- ¡Basta! - grité, ardía de furia por dentro - ya lo sé! Ya sé que tengo que controlar mi furia, lo sé, ¡lo llevo haciendo toda la vida!! ¡No necesito que me lo repita! - vale, hasta aquí habíamos llegado.

Ayudada por la esencia di un salto y me fui a la puerta de la arena, con otro salto gigantesco me planté en la muralla del castillo, fui impulsándome por con los saltos hasta el bosque cercano.

- ¡¡¡¡Aaaaaahhhhhhh!!!!!! Maldito seas Escamoso!!!! Te odio!!!! - le odiaba, se iba a casar, maldito idiota.... Llamé a Caius con mi mente y esperé hasta que apareciese, luego me fui subí en el estribo y le pedí que me llevase hasta los monos.

Cuando llegué al bosque donde estaban vi que habían establecido vigilancia en el perímetro, esperé hasta que me reconocieron y me llevaron hasta Kitu.

- ¡Pequeño Jinete!, siempre es bueno verte - me saludó Kitu - ¿qué te trae por nuestro territorio?

- Quería pasar el día aquí si me lo permitís, me gustaría conocer más de vosotros. - le mentí.

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora