Capítulo 26

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Estaba en una sala completamente blanca, todo lo que veía era blanco, la sábana que me cubría era blanca así como la ropa que llevaba.... ¡oh, venga ya! ¿De verdad vuelvo a estar en el Palacio de los Sanadores?. ¿Qué habían hecho?, ¿dejar una de las salas solo para mí?. De repente me desperté de golpe.

- ¡Draco!!! - grité.

- Está bien tranquila, descansa, todavía no estás recuperada - Arco estaba sentado en una silla al lado de mi cama. Su rostro reflejaba un gran cansancio, tenía ojeras debajo de los ojos y barba de bastantes días, me quedé mirándole sorprendida por su aspecto.

- ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? - le pregunté.

- Cinco, seis no sé.... Siete a lo mejor - me dijo. Le acaricié la cara con la mano y me la cogió veloz besándomela y apretándola contra el rostro. - Creí que te había perdido.

- ¿Qué pasó? Yo... Draco... Draco estaba herido...

- Utilizaste tu esencia para mantenerle vivo, luego terminaste la conexión con nosotros y la utilizaste para hacer que las lagartijas y los monjes... para... - se quedó callado.

- Morir, la utilicé para que muriesen, se lo ordené... Ya lo recuerdo - le dije en voz baja.

- Senda querida, ¿qué pasó allí abajo? - me preguntó suavemente.

Recordé lo que había descubierto, lo que había pasado y negué con la cabeza.

- Será mejor que lo veas por ti mismo - Arco estableció un puente entre nosotros y buceó en mi memoria y encontró los recuerdos de aquel día. Inhaló aire sorprendido, su rostro fue palideciendo lentamente y me miró fijamente.

- He de informar al Consejo - se pasó la mano por los ojos.

- Estaré bien, ve, estoy bien - le dije animándole.

- No, luego les informaré, quiero estar aquí contigo - me acarició la frente con su mano y volvió a cogerme la otra para besarla.

- ¿Por qué no estoy recuperada? - le pregunté, me notaba cansada y mi mente no funcionaba como siempre.

- Tu esencia, la forzaste demasiado y no la podrás utilizar en algún tiempo. Y tu conexión... tu cuerpo está demasiado débil como para que puedas mantener una conexión con nadie - le miré preocupada - Tranquila, todo volverá a ser como antes, pero necesitas recuperarte.

- Siento haberte fallado - le dije, ¿de qué servía entonces si no utilizaba mi conexión para luchar?

- No digas eso querida, nos salvaste la vida, no solo a Draco sino a muchos de nosotros. Pusiste tu vida en peligro sin dudar para ayudarnos, todos estamos orgullosos de ti.

- Tengo sueño... - le dije, mis ojos se cerraban.

- Duerme, yo estaré aquí cuando despiertes. - me dijo Arco mientras me acariciaba el pelo.

Al despertar Arco estaba sentado en la silla, apoyando el cuerpo en la cama también durmiendo, una ternura me invadió. ¿Cuánto tiempo llevaba allí?.

- Eh.... - le acaricié el pelo - hola chico guapo - Arco se despertó y me miró - ¿qué haces aquí todavía?.

- Verte dormir, ¿recuerdas?, me gusta - le sonreí.

- ¿No deberías estar haciendo cosas de Reyes? - le pregunté.

- Estoy donde tengo que estar Senda, a tu lado. - Me dijo. Se levantó y se desperezó, miró un momento por la ventana y se volvió a sentar otra vez a mi lado. Me intenté incorporar y no pude y él me ayudó.

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora