Pasado
Londres – Inglaterra
Savannah
—¡Semanas Jud! Desde que llegó no me ha mirado. Por más que lo intento el simplemente me ignora. Pasó agosto, ya se está terminando septiembre ¿Qué coño pasa con él?
Caminaba de un lado a otro en la sala del apartamento, Jud por su parte estaba pintando sus uñas.
—Bueno, si él te ignora tu haz lo mismo —dijo sin verme, concentrándose en el barniz rojo de su dedo meñique.
—Que gran amiga eres, tus consejos me salvan la vida.
Dejó la pintura a un lado y con mucho cuidado se sentó correctamente.
—Pigie, escucha; no todos son tan buenos como creemos, ni tan malos como pensamos. Es fácil, tampoco pienses que todos van a reaccionar como esperamos, o que van a ser tan agradecidos como lo es uno. El que ama mas es el que siempre termina lastimado. Acostúmbrate a dar lo mismo que recibes. Si él te ignora tu haz lo mismo. Si él te busca, habla con él. Pero deja de querer llamar su atención, te ves patética y esa no es la Savannah que conozco.
Tenía razón, me estaba arrastrando por él.
—Su indiferencia me está matando —resoplé tirándome en el sillón, rendida.
—Enfréntalo, oblígalo a que te diga que es lo que sucede y después tu verás que haces. Pero tampoco puedes continuar así. Savi, el problema nunca ha sido dar... todos nos entregamos de diferentes formas, unos lo dan todo, otros se entregan poco a poco. El problema es saber recibir, no todos apreciamos las cosas de la misma manera.
Tenía razón, de nuevo... tenía que ir y enfrentarlo y este era el momento.
—Ya regreso —me levanté como un cohete y desaparecí por el corredor.
—¡Suerte! —alcance a oír.
Bajé por las escaleras y marqué el número de Liam.
—¿Dónde estás? —fue lo primero que dije, estaba corriendo hacia su residencia.
—Salí con Nat a comprar unas cosas ¿Por qué?
—¿Y Cam?
—No lo sé, tiene un final el martes, supongo que está estudiando.
—Si pero es sábado, que se dé un respiro —quise amortiguar el silencio para que no me hiciera preguntas.
—¿De verdad llamas por eso?
Qué más da. Es Liam.
—Tu sabes perfectamente que no.
Colgué sin esperar respuesta. Me adentre al edificio y subí por las escaleras, no tenía tiempo para esperar el ascensor. No siempre me dan esos ataques de valentía.
Estaba en frente de su puerta y no fue necesario tocar. La puerta se abrió sola y mi valentía se unio con mi desagrado. Vi a Sebastián en bóxer y a Channel salir de ahí con pequeño sonrojo en sus mejillas. El ni se sorprendió al verme, todo lo opuesto a Channel.
—Entonces me voy, espero que se repita chiquito —dijo la francesa y a mí me dieron arcadas, que asco.
—Créeme que no, eso no va a pasar...
—Channel —dijo ella con un toque de brillo en sus ojos.
«Cielo, ni siquiera recuerda tu nombre. Te folló sin saber siquiera tu nombre»
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Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDO
RomanceCuando el problema no es el amor entonces ¿Qué lo es? Un amor tan inmenso sumergido en dos almas tan perfectas, toman destinos muy imperfectos. Savannah tomó un vuelo. Sebastián tomó una decisión. Las mentiras junto a un buen escenario fueron cómpl...