Presente
New York – Estados Unidos
Savannah
Es que no sabíamos a quién de los dos prestarle atención, por una parte estaba el doctor y su anuncio y luego Liam empapado y llorando como si fuese hecho la peor de las locuras. Las alarmas que vienen del cuarto de Sebastián empezaron a sonar y todos nos levantamos para ver que estaba pasando, pero en ese momento, un llanto, proveniente del pequeño saco que Liam tenía en su pecho nos detuvo.
A Jared se le abrieron los ojos más de lo normal, y un montón de enfermeras fueron a su alcance.
—Liam ¿Qué demonios...? —empezó Jared pero luego, las enfermeras dejaron al descubierto a un bebe de pocos días de nacido, su pequeño estornudo hicieron que las enfermeras trataran de arrancarles el bebe a Liam de brazos, pero este, se negó.
—No, yo lo vi, indefenso en la calle, y le di de comer... es que... luego... la lluvia... no, por favor, sálvenlo.
Entonces todos caímos en cuenta, era a esa criaturita a quien debían de salvar.
Las enfermeras hicieron lo que debían y se llevaron al bebe al área de pediatría. Liam se enfureció, pero gracias al lindo Jared se fue calmando poco a poco.
—Liam, debes de calmarte. Ve al hotel y date un ducha caliente, a menos que quieras enfermarte, por favor —lo motivé después de unos minutos.
Jared lo dejó ir consternado, pero es que Liam ha perdido la cabeza completamente o qué.
Una hora después se volvió a llenar el hospital, mis gemelos y mi pequeño osito fueron a visitar a Nat y a Jud para conocer a Aisha. Con ellos iban Sam y papá, y con nosotros se quedaron Lizzy y Luca.
—¿Cómo esta Sebas? —preguntó Lizzy.
—Mejor, o eso fue lo que nos dijeron hace rato, aún no sabemos si podemos verlo.
No sé cuánto tiempo pasó pero los gemelos llegaron con una sonrisa de oreja a oreja.
—Mami yo quiero a una muñequita como Aisha —Lawrence no sabía que estaba pidiendo, de verdad que no lo sabía.
Dom pegó la oreja a mi estómago ya abultado y miró a su hermano.
—¿Crees que sea una muñequita como la prima Aisha? —le preguntó Law a su hermano poniendo su peso en su solo pie y cruzándose de brazos.
—Si hay alguien ahí adentro ¿verdad mami? —me preguntó Dom puyándome el estómago con su dedo índice.
—Sí, príncipe.
Volvió a hacer lo mismo, pegó su oreja a mi estómago.
—No lo sé, geme —le informó Dom a su hermano.
—¿Cómo que no lo sabes?
Mándame una señal Santo Dios, solo una, y dime, ¿Qué clase de hijos tengo, ah?
Entonces fue Lawrence quien hizo el trabajo y frunció su ceño, volvió a hacerlo y miró a su hermano como si algo malo estuviese pasando.
—Entonces... ¿Qué opinan? —musite cautelosa.
—No lo sé, pero yo quiero a una niña como Aisha —Lawrence no me lo pidió esta vez, me lo exigió más bien.
—¿Y tú osito, que dices?
—Jud no me quería creer, pero tu créeme hermanita, ve buscando nombres de niño porque yo creo que los machos seguiremos siendo más en nuestra familia.
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Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDO
RomanceCuando el problema no es el amor entonces ¿Qué lo es? Un amor tan inmenso sumergido en dos almas tan perfectas, toman destinos muy imperfectos. Savannah tomó un vuelo. Sebastián tomó una decisión. Las mentiras junto a un buen escenario fueron cómpl...