Presente
New York - Estados Unidos
Savannah
No sabía exactamente como sentirme. Estaba bien, feliz. Me sentía completa y lo más importante, en paz.
Ya estábamos aterrizando en New York, habian pasado tres días y no sabía nada de mis hijos y ni del amor de mi vida.
Estaba nerviosa porqué no hallaba las palabras para decirle a Sebastián que no iba a casarme, que estaba embarazada, y que dejara de ser un imbécil de mierda y que nos casaramos mañana mismo.
Iba caminando al paso de Jud porque ya la barriga le pesa, en parte siento que está frustrada porque va a tener una hija del hombre que más ama y Nat no le ha dicho lo miserable que puede llegar a ser su vida si ella decidiera dejarlo.
Tomé el pequeño carry on y lo arrastré conmigo hasta el baño del aeropuerto. Salí de allí y me tocó esperar a Jud. Estaba jugando con mi teléfono hasta que recibí una llamada.
Era Liam.
—¿Cómo está el primo y el mejor amigo gay más bello de todo el mundo?
No se escuchó nada más.
—Hola ¿Liam?
Como respuesta recibí sus sollozos. Me levanté como un resorte de la silla y en ese momento salió Jud del baño.
—Deja de hacerme esa maldita broma. La última vez que me hiciste eso, me inventaste que Sebastián estaba muerto —hablé furiosa.
—Solo... solo que ésta vez no... no es mentira... Savannah... Savi, ven. ¿Dónde estás? —estaba llorando de verdad.
Me volví a sentar porque la vida no puede ser así de mierda. No, no, no. Me niego a creerlo.
—¿Donde estás? —murmuré.
—Solo ven ya... Savi el iba a ir por ti, así como tu ibas a volver... no te cases.
—Solo dime ¿donde estás? —dije con ños dientes apretados, estrujando el el aparato móvil en mi mano.
—¿Tu donde estas?
—Pisando tierra americana, dime de una maldita vez dónde demonios están.
—Central Hospital. Piso 5.
Colgué la llamada y salimos rápido del aeropuerto. Puse al tanto a Jud y a los demás camino al hospital.
Me mecía atrás y adelante como toda niña pequeña tratando de calmarse. Tenía las manos entrelazadas con fuerza, deseando que no fuese nada grave, que Liam estuviera mintiendo de nuevo.
Llegamos y no esperé a Jud. Fui corriendo hasta el piso cinco, pregunté donde estaba Sebastián Parker y corrí por el ancho pasillo. Doblé a la izquierda y el primero en verme fue Luca.
Se me fue el alma en ese instante.
Liam estaba siendo consolado por Jared. Cameron no se había percatado de mi presencia y Nat estaba preocupado con sus codos en sus rodillas y sus manos en su boca.
Lizzy estaba aislada. Spencer me vio porque estaba al lado de Luca y supuse que Sam estaba con los niños.
—¿Donde esta Jud? —se paró Nat y me preguntó.
No pude responderle porque Jud llegó para abrazarlo. Me quedé enfrascado en la mirada que tanto se parecía a la de mi verdadero amor.
—Luca... —susurré.
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Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDO
RomanceCuando el problema no es el amor entonces ¿Qué lo es? Un amor tan inmenso sumergido en dos almas tan perfectas, toman destinos muy imperfectos. Savannah tomó un vuelo. Sebastián tomó una decisión. Las mentiras junto a un buen escenario fueron cómpl...