Presente
New York – Estados Unidos
Savannah
Habíamos llegado hace tres días y no habíamos parado de tontear. Me sentía una adolescente de nuevo teniéndolo cerca.
—Deja de reírte, eres un imbécil —dije comiendo un poco de helado de torta suiza.
—No, no, no —verlo reír me hacía perder la cabeza—. Pequeña, por Dios, fingiste no conocerme ¿Cómo no quieres que me ría? Recuerdo que ese lavado de estómago fue lo peor... nuestros problemas adolescentes eran patéticos.
—Te creíste Superman salvándome.
—Te lo debía.
—Bueno es que tu insistías en alejarme y yo bueno, voy a fingir que no lo conozco y ya.
Se volvió a partir en dos mediante su risa. Me contagie, porque de verdad que éramos unos bebes.
—Habías consumido y bebido horriblemente, que niño eras —dije recordando lo estúpido que éramos.
—Me alegro de haber quemado esa etapa de mi vida —lamió la cuchara y no sé por qué no me dio asco.
—La quemaste tanto que luego vas y te mueres.
Volvió a carcajearse.
—Lo peor de todo fue que, de los veinte a los veintidós realmente quería desaparecer.
—Ridículo, es que no veo otra palabra para describir esa idiotez —rodé los ojos y me robó un beso que me dejo deseando más.
—Luego voy y te atormento con mi presencia —mueve sus cejas insinuantes y yo vuelo a poner los ojos en blanco.
—Después vas como el propio niño y nada, no respondes mis llamadas... perdiéndote de lo mejor de tu existencia —me encogí de hombros y su risa se redujo a una simple sonrisa triste.
Savannah Black cegándola desde que es una niña.
Bravo, Savannah.
—Cuéntame como fue.
—¿Cómo fue qué?
—El embarazo, tonta —dijo como si fuese algo obvio.
—Ah... bueno ya sabes que los primeros meses yo...
Me interrumpió.
—Dime lo más lindo, dime lo más bello que me perdí.
Sonreí porque me sentía en casa, sentía que si queríamos, podíamos ser felices esta vez, juntos de verdad.
—Para enero ya estaba gorda, muy gorda. Comía doble... mi cara cuando me enteré que eran dos fue horrible. Darle vida a uno era satisfactorio pero a dos... ¡Sebas eran dos! —Sonreí negando con mi cabeza—. Hacia ejercicios de yoga y cosas que se le permiten a las embarazadas. Recibí algunas clases de maternidad y logré graduarme dos años después, cuando los gemelos ya podían estar con una niñera. Ya mi mente se mantenía ocupada con los niños, Swayer, las editoriales y... mi relación con Nico.
Me miraba atento a cada palabra, cada mohín.
—El parto fue lo peor y lo mejor —se rio bajito incitándome a que siguiera—. Fue el peor dolor que en mi vida había sentido. Pero al escuchar ese grito y luego el otro... no sé, todo desapareció. En ese momento te invoqué como no tienes idea...
—¿Quién nació primero? —preguntó acomodándose en el sillón.
—¿Tu quien crees?
—Pienso que Lawrence, digo, él siempre es tan... correcto y... se la pasa mandando y diciéndole a Dom lo que deben o pueden hacer... además siempre está pendiente de su hermano... definitivamente es el mayor.
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Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDO
RomanceCuando el problema no es el amor entonces ¿Qué lo es? Un amor tan inmenso sumergido en dos almas tan perfectas, toman destinos muy imperfectos. Savannah tomó un vuelo. Sebastián tomó una decisión. Las mentiras junto a un buen escenario fueron cómpl...