Capítulo 25: "Crónicas de un accidente anunciado"

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Presente

New York - Estados Unidos

Sebastián

Habían pasado dos días y Savannah no se había comunicado con nosotros. Eso no pasaba, ella estaba siempre pendiente de los gemelos.

Estaba haciendo el desayuno, ansioso, no podía parar de pensar. Encendí el televisor para ver las noticias, chocolate y cupcakes, noticias de deportes, jugos y té, noticias nacionales, llevé el desayuno a la mesa, noticias internacionales...

Reportera: El futbolista italiano Nico Giacometti contraerá matrimonio con la hija del empresario Spencer Black en noviembre de éste año, Savannah, escritora, empresaria y dueña de un imperio editorial y empresarial se convertirá en la señora Giacometti.

Se me cayó el vaso, rompiéndose en mil pedazos al igual que mi corazón, mi mente y mi alma.

¿Qué?

Por eso no había llamado, por eso no había vuelto...

Ha estado este último mes organizando su boda.

Los niños bajaron a desayunar y los tres en silencio comimos. Después del baño, llegaron todos a mi apartamento.

—Si están aquí es porque vieron las noticias...

Liam me miraba sin poder creerlo. Nat había ido por unos vasos de jugos, Cameron negaba con su cabeza y Jared tenia la peor de sus caras.

—Iré a buscarla —decreté.

—¿Te has vuelto loco? —Liam no sabia qué decirme.

—Dinos Sebastián cuándo unos de tus arranques de ira nos ha traído algo bueno —dijo Nat poniendo la bandeja en una mesa en el centro—. Si, y digo "nos ha" porque todos terminamos metidos en todo tus asuntos.

—Bueno entonces váyanse y déjenme solo, si tanto te pesa Nat, puedes irte.

Por qué coño nadie lograba entenderme.

—Vuelves a hablarme así y te juro que te estrello este vaso en la cabeza —dijo apuntándome—. Es que no ves que somos tus amigos y queremos lo mejor para ti.

—Savannah tiene que volver —habló Cameron después de dar un sorbo a su jugo—. Tiene que venir por los niños.

—¡¿Y entonces qué?! ¡Se lleva a los gemelos y pierdo todo, de nuevo! —grité, necesitaba calmarme.

—Ese no es el asunto, en tal caso puedes persuadirla —inquirió Jared.

—No creo que vaya a casarse, sé que no lo hará —conjeturó Liam.

—¡El punto es que sí lo hará Liam! Se ha quedado todo éste maldito mes haciendo eso, trabajando en su matrimonio.

Me senté frustrado, me pasé una mano por el cabello y luego por la cara. No sabía que hacer.

—¿De todos tus arranques, crees que este es el mas sensato? —preguntó Cameron.

—Es mejor que quedarme sin hacer nada. Sé que puedo recuperarla, solo debo de ir por ella... yo... no puedo... —empecé a sollozar.

No quería perderla, no otra vez.

Los gemelos aparecieron después de su siesta, tenían los ojos llorosos y tal parecia que iban a seguir llorando.

Me levanté de inmediato pero Liam y Nat y me detuvieron con una mirada.

Los gemelos vieron atentos a todos quienes estábamos en la sala. Antes de decir algo, Liam se me adelantó.

Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora