Capítulo 1: "Todo es doble"

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Presente.

Milán - Italia.

Savannah.


—Luca ¿Quieres dejar a mis hijos en paz? —grité cuando escuché a unos de los gemelos gritar y al otro reírse.

Es imposible que los gemelos estén tranquilos cuando viene su abuelo a visitarlos, lo que es casi siempre. 

Dominik y Lawrence Black. 

Mejor conocidos como los gemelos, a punto de cumplir sus cuatro años y son mis niños, mis tesoros, mis ojos.

—Savannah, déjame en paz con mis mocosos —replicó haciéndole cosquillas a Lawrence.

—Tus mocosos deben de irse a bañar antes de que llegue Nico.

—Oh si, Nico dijo que nos llevaria a comer dulces —dijo un desesperado Dom por escaparse de los brazos de su abuelo, a quien, de hecho no le decían abuelo.

—¡Eh, tío Luca bajame! —gritó pataleando Lawrence.

Por fin los liberó y Martina se los llevó para darles un baño. Me quedé a solas con Luca y sabía lo que iba a decir.

—Savannah, quisiera hablar contigo.

—Si, dime.

—Sé que no sabes nada de Sebastián desde que quedaste embarazada, sé que sigues resentida por lo de su supuesta muerte, y también sé que tu relación con Nico va en serio...

—Nico quiere adoptarlos Luca, quiere que los gemelos dejen de ser Black para ser Giacometti —suspiré—. Mira, Sebastián no sabe nada de mí ni de los niños, empeoró cuando quise decirle que estaba embarazada y para qué recordarte lo que pasó después. No tengo porqué pasar por lo mismo, he decidido seguir con mi vida. Él y yo siempre vamos a tener algo en común, y son los gemelos. Eso es algo que siempre voy a agradecerle, me despierto y me voy a dormir no con uno, sino con dos motivos. Y si, mi relación con Nico va muy en serio, tanto como plantearme ser la señora Giacometti en unos meses... me ama Luca y ama a los niños y eso nadie puede negarlo. Tú mas que nadie sabe que hice lo que estaba en mis manos para acercarme a Sebastián de nuevo. El simplemente me odia.

Tomó una respiración profunda y me miró fijamente.

—Los gemelos son unos Parker, y lo sabes. Eso es algo en lo que nunca estaré de acuerdo, no puedes pedirmelo Savannah. He estado aquí con ellos, llevan mi sangre. He respetado tu decisión de no decirle nada a Sebasti...

—Y no vas a decirle nada —lo interrumpi—. Debes de respetar mis decisiones, ya hablamos de esto Luca. Siempre serás el abuelo de los gemelos, pero ¿Qué querías que hiciera? Tengo casi veintisiete años, quiero casarme, hacer una familia con Nico, continuar con mi vida como lo he hecho. El padre es él, no tu. Que se entere cuando tenga que hacerlo, ya veré que pasa. Ahora no sigamos hablando del tema quieres.

—Siempre voy a apoyarte mi pequeña y lo sabes, pero el también es mi hijo. No lo justifico pero me duele que se este perdiendo de todo esto —dijo con melancolía.

—Esa fue su decisión. No la tuya.

Los gemelos bajaron, uno con unas bermudas y un sweater y otro con unos jean y una camisa de botones. Tan iguales pero tan diferentes. Lo bueno de tener gemelos es que, absolutamente todo es por dos. El amor, el cariño, los juegos, los dolores de cabeza, todo es doble.

Luca se los llevó a la cocina y yo me dirigi a mi despacho. Tenia tantas cosas que hacer y de ninguna me había hecho cargo que me estaban dando un dolor de cabeza y un peso en la vida.


Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora