Capitulo 34: "La parte más feliz del libro"

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Presente

Buenos Aires – Argentina

Savannah


Ser escritora te enseña a tener cierta filosofía, pero en la vida real esa filosofía, puede que no esté errada, pero tampoco —a veces— es la correcta. Por eso siempre lo que trato de mostrar a mis lectores a través de mis libros es eso, que cada quien tiene su filosofía propia, que cada quien es un mundo exuberante que merece ser escuchado y visto, que no hay mejor filosofía que vivir.

Hace mucho que entendí que las personas que entran en tu vida tienen un propósito, y las que se van igual. Queda de nuestra saber ver la lección que cada persona nos deja. Hay personas que te dejan experiencias, marcas... incluso, hasta parte de su filosofía de cómo vivir y ver la vida. Siempre debemos de ser agradecidos, es algo que he aprendido de mi padre y que, en cierto modo, es la enseñanza que les quiero dejar a todo aquel que me conoce.

Al verme en el espejo, ya no se ven casi, pero todavía quedan esas marcas que al ser tocadas me trasporta a ese lugar, a esa cabaña. Solo las siento, siento los disparos y la cara desencajada de mi Sebas, siento esa tranquilidad de último minuto y todavía puedo observar esa luz al final del túnel.

Muchas veces no entendemos las razones de las cosas, pedimos a gritos las respuestas de nuestros por qué. Pero la verdad es que es mejor así, dejamos de creer por no saber, cuando es mejor creer y entender después.

Estoy sentada con mi taza de té humeante, disfrutando de la vista que tengo al frente; mis hombres, desparramados y dormidos en la cama. Sin intención acaricio mi redonda barriga que amenaza con estallar pronto.

«Te estamos esperando Alice"

Mi Alice.

Nuestra Alice Silvana Parker Black.

Mi pequeña se tendrá que esperar unos días más porque estos tres días son de mi pareja gay favorita. Hoy es el gran día en el que se concreta el Lewis-Johnson.

Paso la mañana en eso de corresponderle los besos a Sebas, y tratar de vestir a los gemelos. Sin darnos cuenta, nuestra familia esta enorme. Con los pequeños de la casa, los no tan pequeños —esto lo digo por Swayer y Natalie— y los que están por venir. Me encanta que sea así, me encanta la unidad que hay y que se ha venido conservando con el pasar de los años.

Si la mañana fue estresante, la tarde es peor. Lo bueno de todo esto, es que el clima está a nuestro favor. El salón ya está listo, la iglesia también, los invitados empiezan a llegar y solo hay un problema. Los de "machos alfas team" no aparecen. Ninguno.

Ni los novios, ni Sebas, ni mis hijos.

Nadie.

Jud me miro sin entender nada, cuyo gesto fue respondido de la misma manera puesto que yo tampoco sabía nada.

Al minuto llegaron los gemelos, luego Nat con Cesar Maximilian por último; Sebas, Cam y Santi.

Muy bien, pero ¿y los novios?

Los seis nos miramos en silencio. La capilla estaba colmada por un silencio que no era para nada tranquilizador. El cura se removió incomodo en su lugar y vi como papa, Luca y Sam volteaban a cada dos por tres a ver hacia la entrada.

Respira y cálmate. Movía mi pie incesante y tampoco me di cuenta que estaba apretando el brazo de Sebas.

No, no, no.

Alice va a nacer en New York.

Tampoco es que tenga problemas con que nazca aquí, qué hablar, los gemelos nacieron en Londres y tienen nacionalidad italiana.

Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora