Capítulo 30: "Savannah Parker"

1.2K 103 29
                                    

Presente

Portland – Oregón

Sebastián


Dos meses después solo me nebulizaba por las noches, la barriga de mi ángel crecía pero el sexo de mi bebe aún era difícil de detectar. La noche en Portland era iluminada, empezaba a hacer frio, estamos aquí desde hace dos semanas y hace tres días celebramos el cumpleaños número veintisiete de mi pequeña.

Estaba en lo alto de La Torre, así llamaron mis principitos el gran edificio cuando llegaron. Adentro estaba mi familia, esa misma que he amado sin contemplaciones.

Tome el primer libro escrito por Savannah; Predestinación. Cuando su editorial anuncio aquel lanzamiento, intente obtenerlo mucho antes de que el libro saliera a la venta. Y aunque haya escrito tres más, éste, será siempre mi favorito. Solo que este tenía un pequeño agujero adentro, teniendo así del anillo de compromiso.

Como mi primera y segunda cita, las cosas que hace Sebastián Parker deben ser totalmente originales.

El anillo que mandé a diseñar para Savannah tenia forma de tiara, oro blanco con pequeños diamantes y adentro tenia esculpido la palabra "My Angel". Ese será el anillo de compromiso porque la alianza será un anillo esbozado de alas de ángel.

—¿Interrumpimos? —sentí a Jared detrás de mi.

—¿Cesar y Aisha? Hace mucho frio para que estén fuera —cuestioné aun de espalda.

Liam fue el primero en acercarse y en ver mi idea y el anillo.

—Es hermoso —me susurró.

—El venezolano me está escribiendo —anuncio Cameron viendo la pantalla de tu teléfono celular—. Llega mañana con Alba y Matías.

—¿Matías? —pregunté.

—Sí, su hijo —me informó Nat.

—Todos con hijos, a punto de casarnos... y tu Cameron, necesitamos que nos llegues con algo así sea diciendo que eres gay —Jared se burló y Cameron soltó una pequeña sonrisa y luego nos miró sin entender nada.

—¿Qué? —pregunto confundido aun con la sonrisa pegada en los labios.

—Aja —dije.

—Cuenta —dijo Nat.

—Suéltalo —habló Jared.

—Echa para fuera —concluyó Liam.

Nos miró a todos unos segundos y respiró hondo.

—Se llama Antonieta y es una colombiana que esta divina —eso fue todo lo que dijo.

—Y ya te la tiraste y bla bla bla, lo que nos sorprende es que le hayas dado tu número telefónico. Pero dinos más, ¿Qué hace? ¿Dónde trabaja? ¿Cuántos años tiene? —pregunté.

—Tiene veintitrés, su papá si es colombiano y su mama es chilena. Creció en Bogotá y está terminando su último año de Idiomas Modernos en New York, la conocí una de las tantas noches en las que estaba triste porque ninguno de ustedes me quería como padrino de sus hijos, bastardos —vi como Jared y Liam rodo los ojos.

—Te juro por un Dios que si Cesar no tiene un buen ejemplo de ti, te quito el mérito —lo señaló Liam.

—En fin, estuvimos juntos esa noche, esa y otra... y otras más. Y lo mejor, la mujer me está volviendo loco.

—¿Te das cuenta que tenemos a otra latina en la familia y la diferencia de edad? —Nat se puso las manos en la cintura—. No lo digo como si el problema fuese ella, porque no la conocemos, no somos así. Lo digo por ti, ¿podrás soportarla? ¿estarás dispuesto a darlo todo? ¿te sientes seguro de ella? Cam, ya todos aquí estamos que pisamos los treinta, ella no tiene ni veinticinco. Si te enamoras, no lo sé, querrás empezar a hacer eso que ella vera como una carrera bajo presión.

Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora