Chiara Alessandra Parker Black bajo corriendo por las inmensas escaleras enfundada en su espléndido atuendo, la menor de la familia Parker Black se graduaba hoy de la preparatoria, estaba enojada —como siempre— porque sus hermanos no estaban listo. No era la mejor de su clase, porque Chiara siempre tuvo afición por el arte, por eso, aunque no fue buena en el colegio, es la mejor bailarina de ballet del país, además de eso, toca el piano, el violín y —hasta ahora— es la mejor cantante soprano-tenor de la ciudad.
Chiara fue elegida para dar el discurso de su promoción, con diecisiete años la seguridad que emanaba es abrumadora, tanto como para que Franco, su mejor amigo de toda la vida este embobado por ella desde chicos, pero ella es tan espontanea, tan natural, que ni se da cuenta del atractivo que causa. Idéntica a su madre, con dos hombres iguales a su padre y su hermana mayor una combinación de los dos, pues a ella le toco ser la copia de su admirable madre; Savannah.
—Mamá, no están listos, les dije que tenían que estar listos. Parecen unos niños.
Su madre se estaba tomando un té —de miel y limón— en la cocina, Savannah como siempre, tan maravillosa a pesar de los años, el vestido rojo resaltaba sus perfectas curvas, cuya figura no había perdido después de tres partos, siempre esbelta y como diría su marido, irremediablemente sexy y atractiva.
Alice, un año mayor que Chiara llego para unirse al trio de mujeres, su cabello chocolate, lacio le llegaba hasta la cadera, se había graduado un año antes que Chiara y ya llevaba un año en la universidad estudiando medicina, ella, a diferencia de su hermana, si fue la primera de su clase. Su piel bronceada y sus ojos miel verdosos resaltaban ante ese vestido negro que le quedaba a morir.
—Papá ya viene bajando, Chia, ya verás que todo irá bien. Tranquila —su hermana era su mejor amiga después de su madre.
—Su padre va a matarlas, están como para comérselas.
—Tu nos vas a apoyar mami —anuncio Chiara en un puchero, tan mandona y manipuladora, era la combinación —en cuestión de carácter— de Dominik y Lawrence.
—Cualquier cosa, tu aprobaste los vestidos, es obvio, papá siempre termina haciendo lo que tu deseas sra. Parker —sin rodeos, así era Alice.
—Ay claro que no.
Las tres se rieron pero a la mayor de las Parker le dio algo cuando vio al mayor de los Parker.
—Papá te dije que ibas a ir combinado conmigo, no con mamá ¡Ve a cambiarte! Mami dile que se vaya a cambiar. Te dije que mi vestido era plateado —si Alice era el talón de Aquiles de Sebastián, Chiara era el otro talón.
—Chia, anoche me dijiste que rojo, no subiré de nuevo, que estrés.
La chica volteó a ver a su madre y ella sonrió.
—Deja de ser tan celosa, ¿qué tiene que tu padre vaya conmigo? Además hija, anoche si le dijiste que tu vestido era rojo, fue esta mañana que decidimos cambiar de vestimenta ¿recuerdas?
—Pero mamá...
—Esperen... como es que te queda la ropa de ella, mierda Ángel, me enciendes.
—Papá deja de ver a mamá como si fuese un pie de limón —le reprimió Alice, haciendo hincapié a como ella vería un pie de limón, por ser su postre favorito.
—Ustedes saben que yo siempre he deseado a su madre, no lo entiendo.
—Ya estamos listos —bajaron los gemelos, uno combinado con una de sus hermanas y otro con la otra.
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Almas Perfectas Destinos Imperfectos. PI#2 EDITANDO
RomanceCuando el problema no es el amor entonces ¿Qué lo es? Un amor tan inmenso sumergido en dos almas tan perfectas, toman destinos muy imperfectos. Savannah tomó un vuelo. Sebastián tomó una decisión. Las mentiras junto a un buen escenario fueron cómpl...