55. Postergación

3.6K 303 38
                                    

Ya en el aeropuerto, Tom le pagó a Wilhem un viaje en avión, pero éste le negó el boleto.

-Gracias por la preocupación, pero papá tiene un jet privado esperando por mí. Ahora que saben donde estoy, se encargarán de que vuelva a casa sano y salvo.

-Como si ir en un avión público fuera a matarte...- se burló Tom.

Wilhem se rio, y lo abrazó.

-Serías un gran padre, Tom.

Miranda se acercó a su hijo, y lo envolvió entre sus brazos fuertemente, sin ganas de dejarlo ir.

-Debí haber sido fuerte- musitó Miranda- me hubiera encantado criarte y verte crecer. Te quiero Wilhem, y aunque no soy tu madre de corazón... Quisiera ser tu amiga, y que no dejaras de escribirme.

-No lo haré, mamá... También tienes que escribirme, háblame siempre de tu amiga Anthea, de Salma... Quiero siempre estar actualizado.

-Así será, hijo.

-Te quiero madre.

-Yo también, y antes de que me eche a llorar, aborda tu avión millonario. ¡Ve!

Wilhem trataba de no ser el primero de ellos en llorar, pero apenas se volteó para caminar hacia la compuerta del avión, las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro.

-¡Te extrañaremos!- gritó Miranda con voz rasposa.

Wilhem apresuró el paso para no sentirse peor. Cada pisada era un pedazo de corazón que se arrancaba dentro de él.
Cuando Miranda no pudo ver más a su hijo, se deshizo en los brazos de Tom, y empezó a llorar amargamente.

Dentro del jet privado, sentado en uno de los sofás, se encontraba Jerry sentado, tomando una piña colada. Llevaba un pantalón negro de licra, y un chaleco del mismo color sobre una camisa de calaveras blancas.

-Ya empezaba a olvidar tu aspecto emo-rockero- dijo Wilhem, en tono burlón.

-Ven y dale un abrazo a tu viejo.

Wilhem lo hizo. Luego se sentó frente al sofá de donde se encontraba su padre.

-Tuve que postergar mi tour en Canadá, para venir por ti. ¿En qué pensabas para huir de esa forma de casa?, dejaste a tu madre muerta de angustia.

-Tuve que hacerlo... Quería conocer a Miranda. Desde que descubrí esos papeles de adopción, sentí la necesidad de conocer de donde soy realmente.

-Perteneces a Los Ángeles, Wilhem. Esa mujer te despreció. Abby y yo te criamos con todo el amor posible.

-Papá, entiende. Nunca me sentí a gusto en el mundo en el que me metiste. Tuve que pintarme el cabello de rubio para no tener a mil pubertas persiguiéndome por todo el país.

-Ah, sobre eso... Te queda muy bien el rubio. Parece natural.

-¡Ese no es el punto!, no soy como tú, papá. No me gusta tu ambiente de alcohol, fiestas y mujeres. ¿Crees que no sé lo que haces en tus fiestas después de un concierto?, todo el mundo lo sabe. Incluso mamá... El éxito te ha corrompido, padre. Y ha corrompido tu corazón.

-¡Cállate, Wilhem!, yo soy tu padre. Yo te debo de sermonear, no tú a mí.

Wilhem se cambió de lugar, para no enfrentar el rostro de su padre por lo que quedaba del viaje.


-¡Se supone que iba a estar bien!

-No era del todo seguro, Mohammed ahora está luchando por su vida. Mejor quédese con su familia, y deje a los doctores trabajar.

Llantos De Arabia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora