Pov Christian.
5:00 am. Listo para correr.
-Señor.- Miro a la derecha y veo a Taylor.
-¿Sí?
-¿Puedo acompañarlo?
-Voy a correr muchos kilómetros, si no te molesta, claro que puedes venir conmigo.
-Sí señor. Estaré listo en 5 minutos.- Y como lo dijo, en 5 minutos ya lo tenía al frente mío.
Mi poca memoria me recuerda que estaba muy molesto con Anastasia. Porque lo demás, no me acuerdo que pasó anoche.
Corro, corro y corro. Trato de despejarme la mente, pero no puedo. Tengo la viva imagen de la señorita Steele. ¿Qué me pasa? Un futuro amo no puede sentirse así. Para lo demás tengo barreras, pero ella los destruye con solo respirar.
Pasan varios minutos, y pensando y pensando me paro en seco.
¿Fue un sueño?
¿Oh de verdad hice eso?
¡Jodeeeeeeeeeeeer!
La imágenes de lo que pasó la noche anterior me llega de un solo tiro.
¿Fue mi imaginación o de verdad metí la pata?
Solo hay una manera de comprobarlo.
-Taylor, vamos de regreso a la villa.- Él asiente.
Corro más veloz que antes, estoy muy agotado, pero la adrenalina es que me impulsa correr más rápido.
Llegamos.
-Yo pongo la clave señor- Asiento, mientras que ahora la puerta pide la llave, Taylor lo hace y se abre.
Entro, y compruebo que son las 6:30 am. Ana no se ha levantado aun.
Mejor.
Salgo como un rayo al baño que está en la parte de atrás. Y mis peores pesadillas, se hicieron realidad.
No, no, no.
Mi corazón empezó a latir rápidamente. ¡Diablos! Tres paqueticos que condones usados en el piso. Y eso no fue lo peor. ¡Las esposas! Me deje en evidencia.
Mis manos volaron hacia mi cara. ¡Joder! ¿Por qué soy tan impulsivo?
Ahora que me acuerdo con un poco de claridad, yo llame a esa chica. ¿De dónde saque su número? La traje aquí, y folle con ella duro contra el muro en las cuatros paredes del baño.
¡Oh Dios! Ana no me lo va a perdonar fácilmente. Hasta que me acorde de algo. La discusión de ella y mía. Cuando hablamos de azotes y el castigo. Si Anastasia se llegara a enterar de quien soy en realidad, le daría asco. Ella no pertenece a mi mundo. Una oleada de decepción me cruzo por mi cuerpo.
Pero eso no es lo que importa ahora, lo que realmente importa es que me perdone. Y la señorita Steele no se impresiona fácilmente.
Así, sin bañarme, agarro las llaves del Audi r7 negro, bajo hasta el estacionamiento y arranco mi coche. Espero que Taylor no se entere. Todavía tengo 17 << Claro que se va a enterar>>
Los cauchos chillaron varias veces al manejar como un loco. Me queda poco tiempo.
Al bajarme del carro, veo muchas tiendas de comidas. ¿Le compro una comida? Ella no come casi, y eso me molesta.
¿Entonces cosméticos? ¿Qué diablos le gusta una chica para que le regale cuando están molestas? <Corazones y flores> Pienso.
No, ni loco. Yo no soy de esos tipos de personas que son románticos empedernido.
Quito esa idea de mi cabeza. Entro en la tienda más grande, agarro un carrito y mientras avanzo voy metiendo todo lo que creo que le gustará. Fresas, chocolate, Té, frutillas, afeitadoras y entre muchas cosas.
Al llegar, miro el reloj 7:24 am, entre unos minutos seguro que Ana se va a levantar, porque así como ella y yo volvemos a entrar a la Universidad a las 8:00 am.
Tiro las bolsas en la mesa, y salgo corriendo al baño <<Definitivamente la adrenalina te hace correr mucho aunque estés mamado>> limpio el baño, y tiro los condones, me lavo las manos muy bien, y vuelvo a ir a la cocina para preparar el desayuno.
15 minutos después ya todo está listo, mis panes tostados con huevos, unas arepas criollas, Pae de limón, y jugo de Guayaba.
-¿Qué es todo esto?- ¡Demonios! Estoy muy nervioso.
-Muy buenos Días Anastasia, el desayuno está listo.
-¿Desde cuándo tú haces el desayuno?
-Hoy lo hice por ti nena.- Sonrío, pero ella no.
-Christian Grey... ¿Me estas sobornando para que no esté molesta por TODO lo que paso anoche?- Asiéndome el desentendido digo:
-¿Qué paso ayer?
-¡Oh nada! Solo te trajiste aquí a la villa ...
-Sí, si- La corto- Se lo que hice y te pido disculpa.
-Sabes que no me importa tu vida sexual- Golpe bajo- Pero lo que si me importa es que la traigas aquí. Mi primera regla Grey. Un castigo te viene.
Me sofoco. Solo recordando la conversación de ayer me avergüenza.
-Está bien Steele. ¿Te apetece comer?- Le señalo todo lo que está en la mesa insistiendo.
-¡La madre que te parió! ¡Cálmate!- Pronto se acerca a la mesa empieza a comer.
-Muy bien Grey, te quedo muy rico todo.- Levanto los hombros mostrándole indiferencia.
-Lo sé.
-Que te den, guarra idiota egocéntrico.
-Esa boca...
-¿Qué tiene mi boca?- E inconscientemente se mordió el labio inferior. ¡Cómo me encantaría morder ese labio! ¿Qué estoy diciendo? <Es tu mejor amiga imbécil>
-Nada Ana, esta perfecta- Poco a poco se ruboriza.
-No ganarás esta batalla conmigo Grey.
-Tal vez pierda la batalla, pero te juro que ganaré la guerra.
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Cuidando al playboy Grey
FanfictionMiro a los lados buscando la explicación de las cosas. No puedo, simplemente no lo hago. Steele, ese es mi apellido. No había amado antes con tanta intensidad como lo hago ahora, por él. ¿Por qué me enamoré de un chico tan problemático? Christian Gr...