Cuidando al playboy Grey

Capítulo 24

Pov Anastasia Steele.

Algunas semanas después. Febrero.

Estoy llorando.

Que desgracia. ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Acaso las personas no tienen sentimientos?

Sigo llorando, menos mal que estoy sola en la casa me daría vergüenza que alguien me vea en estas condiciones.

Pero nada. Sigo llorando ¿Por qué a él?

Mi móvil suena. Mis amigos quieren que vaya a una fiesta de no sé quién. Pero no estoy para fiestas. Había recibido 7 llamadas perdidas de Christian que ha salido con sus compañeros. Apago el móvil. No quiero saber nada de nadie. Estoy triste, muy triste.

Lloro... lloro y lloro.

Cierro la puerta principal, me apoyo contra ella. Mis ojos se llenan de lágrimas y me niego a controlarlas.

Lloro, lloro y lloro, y por primera vez, amo mi soledad.

Con los ojos hinchados y sin poder detenerme, me dirijo hasta la nevera.

Agarro un vaso de refresco y lo bebo poco a poco mientras me dirijo a mi habitación.

Escucho la puerta cerrarse, estoy segura que es Gail, porque Grey me dijo que iba a llegar como las 1 am, y actualmente, simplemente eran las 10:30 pm. Tocan mi puerta con ineptitud, <<Rayos ¡¿Acaso no se puede llorar en paz en mi habitación?!>> No contesto, sigue y sigue tocando con más fuerza la puerta, me rindo abro y aparece Christian con cara de muy pocos amigos.

¿Qué hace ahí? ¿No debería llegar más tarde?

Me observa de arriba abajo sorprendido. Me dan ganas de gritarle <<Sé que tengo una pinta horrible pero no me veas así>>. Pero su expresión cambia por completo y, sin moverse de mi puerta, pregunta:

-Anastasia ¿Qué te pasa?

Lo miro pero la verdad es que no puedo responder. Mi cara se contrae y vuelvo a llorar.

Se queda paralizado, sin saber qué hacer y entonces yo me acerco a él, a su torso, y me abraza. Necesito ese abrazo. Oigo que mi puerta se cierra y lloro con más pena.

No sé durante cuánto tiempo estamos así hasta que de pronto soy consciente de que tiene la camisa elegante verde que traía puesta esta empapada de lágrimas. Me separo de él.

-Scott ha muerto -logro murmurar. Él no sabe quién es <Era> Scott y aun así me mima, nos aproximamos a mi cama sin soltar el abrazo y me empieza a dar besitos en la frente.

Mi cara vuelve a contraerse y comienzo otra vez a llorar. Me sienta a su lado. Intento hablar, pero el hipo por mi tristeza no me lo permite. Sólo consigo articular palabras entrecortadas, mientras mi cuerpo se contrae involuntariamente y veo que él está totalmente desconcertado. No sabe qué hacer.

-Lo siento, Ana. Lo siento muchísimo.

Asiento. Abrazada a él apoyo mi cabeza sobre su torso y otra vez mis lágrimas salen de nuevo descontroladas.¡¡¡DIOS MÍO ¿POR QUÉ ME HICISTE TAN LLORONA Y SENTIMENTAL?!!! El simple hecho de sentir cómo su mano me acaricia mi cabello y el brazo me reconforta.

Pasan los minutos, la pena me sigue dominando, pero ya soy capaz de controlar mis palabras, de modo que me incorporo para mirarlo.

-Gracias - Murmuro.

-Explícamelo todo nena, desahógate.- Me dice eso tranquilo, pero para mí fue como si le prendieras llamas a un cañón de fuego. Así que simplemente exploté.