Capítulo 23

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Pov Jamie Dornan.

Golpeo suavemente la puerta. ¡Llegamos tarde y ni siquiera me abren la puerta!

Golpeo por última vez, no me abren. Que le den a los dos. Cuando me estoy dando la vuelta, abren rápidamente la puerta principal seguida por la reja.

-Ya me iba, con o sin ustedes.-Dije.

Ana jadeando de cansancio me dio un abrazo rápido.-Lo lamento pero algo o <alguien> hizo que tardara más de la cuenta.

Mire a Christian, es raro verlo... ¿Apenado? ¿Avergonzado? ¿Ahora que hizo Grey? Pero a pesar el sin fin de preguntas, me quede callado, no quería meter el dedo en la herida.

(...)

-Les tengo una sorpresa a los dos- Les suelto.

Miro el campus de la Universidad. Me gusta este lugar, es como mi séptima casa.

-¿Qué?-Pregunta Christian.

-Ya lo verán.-Sonrío con picardía siguiéndolos a la clases de literatura que tenían ellos juntos.

Cuando estamos en la puerta del aula, Ana se despide de mí con un beso en la mejilla. Ella entra al aula con su peculiar movimiento de caderas. Pero Grey se queda en la puerta con el ceño fruncido, sabe que pasa algo. Chico listo.

Ya que él no entra, lo hago yo.

Con una sonrisa triunfal entro a mi nueva aula y me siento al lado de Ana, esta tiene la cara de perplejidad.

Enseguida empezó la clase, entro el profesor de literatura que se llama Julian Hamilton.

-La literatura es algo muy hermoso. Algunos tenemos el Don de amarla, y los otros no. Recuerden que la literatura va basada en sentimientos, frases, oraciones de un individuo. Algunas personas con éxito que tienen su propia editorial, no lo valoran. Con esto quiero decir que, chicos, si ustedes tienen algo que no ama o que no le gusta, déjeselo a otra persona que si lo haga, como yo- Todos empiezan a reír por ese último comentario- Ahora sí, empecemos con la clase.

Siento que Ana pone una mano encima de la mía y la aparta cuando veo que es un papelito.

¡¿Qué haces aquí?!

Río por debajo

¡Sorpresa princesa!

Se lo pasó disimuladamente para que el joven profesor y... ¿Por qué negadlo? Guapo, (eso no me convierte en una marica) no se dé cuenta.

Veo que empieza a escribir rápidamente pero esta vez tira el papelito.

¿Grey lo sabía? Ve que ahora me está haciendo cosas que no me agradan...

Sonrío, miro a mi otro lado buscado a Christian, pero no lo veo, volteo hacia el lado de Ana y tampoco está. Esta vez mi cabeza empezó a ver a todo el salón y lo encuentro de último en una esquina. Me estaba observando. ¿Qué hace ahí? ¿Se molestó porque cambie mi horario para estar en las mismas clases que ellos? Rápidamente empecé a escribir.

¿Por qué Christian está en la esquina de último?

Se la tiro, a ella leer mi nota voltea los ojos y escribe.

Él siempre se sienta ahí. No sé porque, pero en las clases no habla conmigo ni nada, es muy frio en la Universidad.

Frunzo el ceño. Christian no es así.

¿Por qué?

Ella parece pensar la repuesta. Y tarda más aun en escribirla. Pero me la pasa.

Creo que la razón tiene que ver con sus 50 sombras.

¡Wau! Que profundo. Christian siempre dice que tiene 50 sombras que lo atormenta. Tiene un pasado difícil. Es lo único que sé. Bueno, que sabemos, Ana y yo. Nadie puede hablar de su pasado.

Simplemente rompí el papelito, esta vez prestándole atención al Joven profesor.

(...)

-¡Es increíble! O sea te amo.

-Lo sé princesa- Ana se empieza a reír, ya acabamos de salir de clases.- ¿Quieres ir al cine?

-¡Oh por supuesto! Quiero ver la nueva película que está en estreno hace dos días... ¿Cómo es que se llama?

-Pues, no lo sé, pero ¿Qué tal si vamos y lo averiguamos?

-¡Síííí!

-Ajá. ¿Y Christian?- Steele se les oscurecieron los ojos.

-No, al él no.- Me sorprendió muchísimo esa respuesta. Simplemente no me lo esperaba.

-¿Por qué?

-Está castigado- Al entender sus palabras me carcajee.

-Mejor no pregunto por qué...

(...)

Ana me dedica una sonrisa que derretiría hasta al polo norte.

-Hola. -me saluda amigablemente Daniel Cullen. Él es la mano derecha de Grey, por decirlo así. El tipo es muy buena gente.

-Hola Cullen.

-¿Dónde van?- Pregunta. Señalo al cine.- Oh claro... ¿Ustedes son pareja?- Ana se ruborizo.

-No, somos amigos.- Aclara ella.

-Mejores amigos- Rectifico.

-¡Qué bien! Yo voy a jugar bolos, cuando quieran me llaman ¿sí?- Los dos asentimos.- Bien chao.

Nosotros pasamos primero por una tienda comprando y guardando dulces.

Ahora mismo no quiero que Ana sea mi amiga, prácticamente me la estoy violando con los ojos.

- Oh, se ven tan adorables juntos. –informa de repente una Kate atrás de nosotros. Los dos sonreímos. Hablamos un rato con ella y se fue con su novio.

Me dio mucha risa lo que dijo al final.

-Jamie recuerda que sin condón no hay amor.

Me atragante un poco con mi propia saliva. Kate era tan directa.

El resto del camino fue bastante agradable algunas miradas de reojo y sonrisas cómplices. Entramos al cine de la mano. Sip. De la mano. Como que nuestros dedos están entrelazados y todo eso.

No lo quería admitir, pero me gusta Anastasia desde hace un tiempo atrás. Pero preferí esperar a ver si entre Christian y ella pasaba algo. Nunca me metería con una novia de mi mejor amigo, aunque me gustara tanto. Primero para mí va la amistad.

Entonces estoy dispuesto ahora mismo en conquistarla, pero si no pasa nada. Bueno es preferible amistad que nada. Todo lleva su tiempo.

Al día siguiente me sentí en una nube. ¿Cursi no? Jajaja, soy muy romanticón.

Después de clases salí para comprarles unas lindas flores dirigidas a su casa.

Cuando pago con mi tarjeta se para delante de mí una chica con un bonito color purpura en su cabello.

-¿Jamie?

-¿Sí?

-¿No te acuerdas de mí?

-No.

-Soy yo... Rosario- Oh ya sé.

-Hola Rosario.

-¿No dijiste que me ibas a llamar?

-Lo hice, pero no me contestaste- Mentí.

-Deje mi ventana abierta anoche solo para ti.

-Querida, tengo tantas ventanas abiertas, pero tan poco tiempo.

Le sonrío y voy caminando hasta mi coche, para ver a la dulce Anastasia.


Cuidando al playboy GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora