Capítulo 27

543 54 4
                                    

Pov Jamie.

Sé que le demostré a Christian pánico. Simplemente no lo podía ocultar. Un escalofrío me recorrió por mi cuerpo.

Corrí a mi habitación. Cerrando con seguro por si las moscas. Christian no es estúpido, tengo que inventarle una buena excusa. Pero ¿Cuál?

Agarro los potes del suelo y de la cama, todos los metos en mi armario tirándolo por aquí y por allá. Qué asco. Toda mi vida estoy con estos potes. Ni un día puedo estar sin ellos, y la verdad... Les debo la vida. Estuve a punto que Grey me descubriera. Me odiaría por ocúltaselo. Pero no me puedo dar el lujo de perder a mi mejor amigo.

Después me cambio rápido y me pongo una camiseta y unos pantalones anchos. Agarro las almohadas y mi cargador de la Tableta y salgo donde este se encuentra.

Miro la sala pero no está, ¿Se ha molestado y se fue?

Pero no. Lo veo en la cocina tomando un vaso de agua. Empiezo a respirar con dificultad.

-¿Estás bien?- Pregunta.

-Muy bien. Tranquilo.

-¿Por qué te fuiste corriendo a tu habitación? ¿Interrumpo algo? ¿Una chica está ahí?- Abro los ojos como platos, yo solo soy de Anastasia. ¿Cómo puede pensar que estaba teniendo sexo con otra?

-No. Por supuesto que no.

Frunce el ceño -¿Entonces?

Mierda. Ojala hubiera dicho que sí para que no me haga más preguntas. Piensa rápido.

-Tengo la ropa sucia. Además en mi habitación hay una rata, y da demasiado asco- < ¿De verdad, es lo único que se te ocurre? > Me regaño a mí mismo.

-Amigo, lo siento, pero eres raro.

-Lo sé.

-Bien. Necesito decirte algo ¿Podemos hablar?

-Por supuesto

Pov Anastasia.

Fuimos a dar un paseo por la playa. Ya empezó el fin de semana. Y aprovechamos Jamie, Christian, Daniel, Sofía y yo a dar un paseo por esta zona. En realidad venimos aquí ya que somos los "testigos" que Cullen le va a pedir matrimonio a Sofía. ¿Loco no?

Miro mi reloj de mano y marcaban 6:39 pm. Seguro Daniel ya se está preparando. Está cagado de miedo. ¿Quién no? Aproveche fui rápido a mi habitación del hotel y me cambié por un elegante vestido blanco descotado en la parte de arriba y con una flor de por medio azul.

(...)

-Me he muerto y estoy en el cielo -dijo Jamie cuando estoy entrando en el restaurante, mirándome el pecho mientras caminábamos por nuestra mesa.

-¿Ah sí?

-Sí, estoy donde se hacen realidad todos los sueños y fantasías eróticas de mi adolescencia- Golpeé su hombro con el mío.

-¿Sabes? El pobre de Daniel debe estar de los nervios de punta y tú estás hablando conmigo ¿Cómo puedes hacer eso?

-Es otro de mis muchos talentos. Ya sabes soy yo, Jamie Dornan. Además Christian se está ocupando de Cullen ya va por la quinta cerveza de la noche.

-No es para menos.

-¿El restaurante es bonito verdad? Daniel tiene muy buenos gustos para elegir.

Tuve que asentir. El local es precioso, temperamental y agreste, y me recordaba mucho al hombre con 50 sombras que lamentablemente estoy empezando a sentir cosas muy serias por él. Peligroso y oscuro. Las canciones de baladas del fondo me invadían con una auténtica sensación de felicidad.

Cuidando al playboy GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora