Capítulo 1

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—¡Mamá me aceptaron! ¡Ya soy estudiante legal de la Universidad de Harvard!

—¡¿Ana de verdad?! Por Dios estoy muy orgullosa de ti mi niña, y sé que tu padre también lo está.

—Gracias Mamá, ¡ahora sí mi sueños se harán realidad! Es totalmente fantástico.

—Ana, has trabajado muy duro para lograr esta meta. Pero hija no quiero ser agua fiestas, sabes que no tenemos los recursos suficientes para pagar los semestres y lo restante...

—No te preocupes mamá, ya te lo iba a comentar, en la carta también decía que por mis altas calificaciones me dieron una beca que paga la mitad de los gastos de la Universidad.

—¿Cuánto es el monto que debemos legalmente pagar? Con la beca incluida.

—Bueno mamá este es la mitad del monto—. Le entrego el papel de toda la información de Harvard, mi mamá lo lee cuidadosamente, de repente abre los ojos exaltada.

—¡Ana! Esto es demasiado— lo sabía—. Lo siento hija, solo en el negocio, los impuestos, y la comida ya es demasiado para mí, tal vez de pueda ayudar con la mitad de ese dinero— sonreí—.Pero no vas a ser nada malo o algo no legal para conseguir esa plata.

—Okey mamá—. Suspiro para darle luego un beso— mamá, saldré a la calle para comprar un periódico a ver si me sirve de ayuda.

—Está bien hija, ten mucho cuidado—. Asiento y le tiro un beso, voy a mi habitación, me quito la ropa de casa, posteriormente me dirijo al clóset, eligiendo una licra, luego una camisa holgada con el número 14 en grande color negra, agarro mi bolso, después me miro en el espejo de mi habitación, en ese momento frunzo el ceño, frustrada. Mi cabello está hecho un desastre, me lo acomodo un poco, pero eso no es suficiente, así que opto en alisarlo... Al terminar sólo dejo las ondas en las puntas, me vuelvo a poner frente de mi espejo y veo a una chica pálida, de pelo castaño y ojos muy grandes azules como el cielo.

Salgo de mi casa y entro en el autobús que se dirige a la plaza, hay está un kiosco de venta de periódicos. Justo lo que necesito. El local no es tan grande, pero es muy bonito.

—Muy buenas tardes señor, ¿me puede dar el diario de hoy, por favor?

—Claro son 3 dólares—. Busco en mi billetera y se los entrego—. Muy bien, aquí tiene hermosa dama, que tenga un excelente día.

—Gracias amable hombre— este me regala una linda sonrisa mientras asiente.

La plaza está llena de niños jugando, padres preocupados para que sus hijos no les pasen nada malo, y yo. Me siento en un sitio más o menos solitario y leo el artículo de empleos

¿Asistente de cocina? No, no soy amante a la cocina.

¿Enfermera? Definitivamente no. Me da un poco de asco la sangre.

¿Administradora? Tampoco, no soy tan buena en los números.

¡Ay no!, pongo los ojos en blanco un poco molesta, no hay ningún empleo que me llame la atención, sigo leyendo hasta que veo algo interesante.

"Se solicita niñera, mayor de 18 años, buena persona y un promedio intachable escolar, si desea más información llame a éste número #9710209230"

—¡Perfecto!—. Grito asustando al pobre perrito que estaba dormido un poco lejos de mí.

En ese momento marco el número dicho antes en mi celular. Repico esperando que me contesten.

Llamada casa desconocida.

-¿Mansión de la familia Grey, que desea?

-Muy buenas tardes, soy la señorita Anastasia, quería saber si todavía está el puesto de niñera.

Cuidando al playboy GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora