Te pareces

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-Este combate se sintió raro- -¿de qué hablas? tú ganaste- -eso, es lo raro, ella pudo haberme atacado cuando estaba distraído, pero, se espero e incluso me ayudo a reaccionar- -cierto, hasta un principiante podría haberte tumbado tal como estabas, ¿crees que quería perder?- -no, no creo, creo que no quería ganar- el moreno dirigió su mirada a la gemela que se sacudía su ropa mientras caminaba hacía "el" mejor guerrero. La mujer puso su mano en el hombro de la gemela y acerco su cabeza a la altura de su oreja, después el rostro de la gemela mostro una expresión preocupada; la mujer encapuchada se alejó un poco y con su mano le indicó a la otra gemela que subiera a la plataforma. Mientras la gemela subía la plataforma, salió corriendo de entre el público la Princesa Roja; Dalí_en miró sorprendido la energía de "la roja", en su último combate casi no se podía mover para bajar de la plataforma y ahora la subió corriendo sin problemas, que alguien le diga donde se cura uno tan rápido, le serviría eso durante sus entrenamientos.

La Princesa roja trataba de regular su respiración mientras esperaba a que la segunda gemela subiera, el anunciador ya estaba arriba, Dalí_en notó que la gemela subía muy despacio -cómo que no quiere subir ¿no crees?- -pero evitar el combate tampoco es una opción- -ahora creo que tengo la extraña necesidad de averiguar quién está debajo de esa capa- -buena suerte, prefirió cortar la capa entes que quitársela, ¿eso qué te dice?- -que tendré que ser más creativo- conversaban los dos jóvenes sin despegar la vista del lugar donde se llevaría a cabo el combate. La expresión de la "roja" era más seria que la última vez, ninguna de las dos parecía querer hacer el primer movimiento aun después de que el anunciados había dado inicio al combate. -Creo que se están tardando demasiado- -Lo dice el que duró como medio siglo en el mundo de los espíritus- -¿en serio estaba tan distraído?- -sip, con sólo decirte que Cheng me pidió que no me fuera porque luego te perdías, hablando de eso ¿por qué no regresa?- el rubio dirigió su mirada a la dirección donde se encontraban los puestos, justo en el momento que la Princesa roja tomaba con un latigazo una tabla del puesto destrozado y la arrojaba hacía la gemela, quién la esquivo saltando al cielo, la Roja comenzó a repetir la acción varias veces hasta acercarla a la orilla de la plataforma, el mejor guerrero observaba con fijeza los movimientos de la Roja, por su parte el rubio estaba más concentrado en el regreso de su amiga -Tal vez se perdió entre tanta gente- -tal vez está tomando un respiro de ti- -Tao- -Está bien, mala broma, pero no puedes irte, tu combate es el siguiente- - lograré escucharlo- -no, no lo harás- -¡¡AHH!!-

Los dos muchachos olvidaron la discusión que estaban iniciando cuando escucharon un grito desde la plataforma, al girarse vieron que la segunda gemela había tomado la delantera del combate, lanzándole ráfagas de fuego a la Princesa roja, que trataba de alejarse de ellas. Los ojos de la princesa roja parecían querer estallar en lágrimas; cada momento que la gemela usaba para acomodarse era insignificante, ella sabía cómo agilizar sus movimientos, las acciones de la roja eran veloces pero inexpertas, no dudaría mucho, antes que cayera de la plataforma. La roja recurría a lanzar los trozos de madera que se habían quedado arriba de la plataforma para cubrirse de las ardientes ráfagas; un trozo era muy pequeño para protegerla, en cambio se cubrió de fuego y se regreso contra ella -¡AHH!- la roja gritó cuando salió volando por el impacto por el trozo cubierto de fuego. Los ojos de Dalí_en se abrieron como platos, no podía creer lo que acaba de presenciar, el trozo había impactado contra la Princesa roja que intentando cubrirse puso sus brazos frente a su rostro, el golpe la había arrojado con tal fuerza que la mitad de su cuerpo había quedado fuera de la plataforma, justo frente a Dalí_en.

La gemela se disponía a lanza una nueva ráfaga, cuando la Princesa abrió los ojos de golpe, por un insignificante momento Dalí_en pudo ver sus ojos, azules brillantes, unos ojos azules rodeados de un mar de infinito rojo, cómo dos pequeños zafiros colocados dentro de un mar de sangre y fuego. La princesa lanzó un latigazo al pie de la gemela y lo utilizó para incorporarse de nuevo; con el movimiento, la gemela perdió el equilibrio y tropezó. En un arranque de ira, la segunda gemela tomó el lazo y lo quemó; la Princesa lo soltó antes que el fuego la alcanzara. La segunda gemela lanzaba ráfagas de fuego sin detenerse, ahora la princesa roja no intentaba cubrirse con los trozos de madera que estaban esparcidos por la plataforma, sino que saltaba sobre ellos y los esquivaba igual que al fuego; en varias ocasiones Dalí_en notó que la roja se llevaba la mano hacía el yoyo que tenía amarrado a la cintura, pero se arrepentía y seguía esquivando los ataques. El rostro de la gemela cambio a un estrés total, la Princesa le había agarrado el ritmo; la gemela se detuvo alzó una mano al cielo y encima de esta, comenzó a formarse una enorme bola de fuego; con fuerza la lanzó a la Princesa roja que sin dudarlo más tiempo se llevó la mano a la cintura y desató el yoyo para lanzarlo contra la bola de fuego. En cuanto los dos ataques entraron en contacto una inmensa niebla cubrió toda la plataforma y a los espectadores más cercanos, no se veía nada.

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora