¿Y por qué no entras?

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¿Qué no hay mucho romance? no, en realidad no hay mucho romance... tratare de arregalrlo... ahora.

El gato_búho volaba inquieto por la habitación, emitía sonidos de enojo contra el ave mensajera y no permitía que su ama tomara el mensaje que esta traía - ¡Plagg! ¡Tranquilo! ¡QUIETO! ¡Si rompes algo el señor Fu va a! – - ¿qué hará el señor Fu? – dijo con calma al entrar en la habitación un señor mayor, de baja estatura, con poco cabello canoso, apoyando su encorvado cuerpo en un bastón de madera y unos ojos entre cerrados que lo hacían parecer dormido. - ¡Señor Fu! – la joven empalideció ante la entrada del señor y el felino/ave con rapidez se posó en un perchero. El señor Fu se acercó con tranquilidad a la joven para tomar su mano – tranquila mi niña, no tienes que ser tan formal, dime papá - - No se ofenda señor Fu, pero no me siento a gusto diciéndole de esa forma – el señor asintió levemente con la cabeza y se dirigió en dirección al halcón, sacó del tubo de su espalda un pequeño pergamino y comenzó a leerlo, la joven sudaba frío – me parece una buena idea para que ambas se diviertan un rato ¿por qué no vas? – la joven extendió su mano para recibir el mensaje que decía: "Mi querida amiga, pronto se acerca un evento que se organiza en honor a mi muy querido esposo, vendrán guerreros de todas partes de la Nación del Fuego para exhibir sus grandes conocimientos de combate, me parece una oportunidad de recreación maravillosa y si el destino lo desea, puede que encuentre entre los viajeros a quien provoque las llamas de su corazón. Tu eterna amiga, Qïzí" – y recuerda sonreír – la chica asintió con una leve sonrisa al señor antes de salir de la habitación.

Fuertes martillazos resonaban por toda la armería, herreros, armeros, cualquier persona que trabajara el metal en Shu_jing, trabajaba para el señor Yé. Bajo su supervisión las mejores espadas de la nación eran hechas para los altos cargos del ejercito, varios nobles también encargaban armas hermosas aunque sólo fueran para decoración, los encargos más importantes eran hechos por él en persona. Habían pasado varios años desde que él había llegado al pueblo, cuando la conoció a ella, a esa hermosa mujer hermosa como el reflejo de un sol de verano en la arena de una cálida playa, que gracioso era el destino, si por él fuera, hubiera regresado a la capital patéticamente humillado por la deshonra y el fracaso, pero se quedó, se quedó por ella, ahora, tenía una fortuna, si, pero de que servía una fortuna si no tenía un heredero que tomara su lugar, el mismo problema que su maestro, de distinta forma, el único descendiente de su maestro era una mujer infinitamente hermosa pero que no hacía una espada ni con ayuda espiritual "Los que crean espadas, no saben usarlas"; los que usan espadas, no saben crearlas Dalí_en era como ella y, a pesar de lo que dijera, lo amaba como era. El señor Yé se sentó junto a un escritorio de dónde sacó un pequeño manuscrito que entre sus hojas tenía una pluma negra, trataba de convencerse que había hecho lo correcto, si hubiera sido por el Espíritu Azul, ahora no tendría hijo. Tales pensamientos, crearon en el señor Yé la extraña necesidad de supervisar el trabajo de su hijo, así que decidió dirigirse a su lugar.

El señor Yé tenía una ligera idea de lo que iba a ver, un Dalíen frustrado por su fracaso para hacer espadas, según su tutor, lo que tenía de determinación, le faltaba de paciencia, siempre trataba de apresurar su proceso, sólo había logrado hacer una espada decente. Lo que él vio no estaba ni cercas de lo que imagino, su hijo estaba reclamándole a un joven moreno que sostenía del brazo a una confusa señorita Cheng – Tú no eres su amo, creo que ella tiene el derecho de divertirse con quien ella quiera - - ¿No ves que la estas lastimando? ¡Déjala! – - ¡¡¿Qué está ocurriendo aquí?!! - al ver que Dalíen se disponía a atacar al joven moreno, el señor Yé se apresuró a intervenir, la intervención del dueño de la armería distrajo a los dos jóvenes de su pequeña discusión, dándole a la pelinegra la oportunidad de soltarse del moreno y dirigirse tímidamente al lado del señor Yé - ¿Y? ¿Por qué no responden? - - Tao quería secuestrar a Cheng – dijo el rubio con un tono de descontento, el señor Yé miró a la joven mencionada con una mirada interrogativa, quien sólo se limitó a asentir levemente con la cabeza – ¡Eso es una vil mentira! yo sólo estaba invitando a la lindura a verme participar en la demostración de combate - - ¿la demostración de combate? ¿Ya se acerca? – las palabras de Tao reactivaron las memorias del señor, no era coincidencia que los recuerdos volvieran a él. - ¿va a participar joven Tao? - - ¡Claro! Por fin convencí a mi padre de permitírmelo ¿y quién sabe? Tal vez gane el premio – al decir esas palabras el joven dirigió su mirada a la joven pelinegra, de forma que los dos se dieran cuenta del gesto – me retiro, preciosa piénsalo – dicho esas palabras, el moreno dedicó una reverencia a los presentes y se retiró del lugar con aire triunfal, ya fuera de la vista el señor Yé se dirigió a la joven - ¿es cierto lo que el joven Tao dice? - - ¿Eh? ¡Ah! Sí, me encontré al joven Tao de camino para traerles la comida e insistió en acompañarme y - - y después le dijo que se la iba a llevar a vivir a la mansión porque era más grande que nuestra casa, él no tiene ningún derecho de llevársela, es nuestra – al escuchar las palabras que el rubio había pronunciado de forma inconsciente la mencionada no pudo evitar sentirse querida y soltar un leve sonrojo, que ambos hombres atribuyeron a la vergüenza de ser degradada a una posesión - la señorita Cheng no es un mueble Dalíen, es libre de irse si lo desea - - ¡no! Ya sé, yo sólo quise decir - - No hay problema, entiendo, por ahora no tengo ninguna intención de irme a la mansión del señor Shu_jing y me gustaría quedarme más tiempo si ustedes me lo permiten – ambos hombres asintieron a las palabras de la joven, aprovechando que todos estaban reunidos comieron en el lugar.

- No recuerdo cuando fue la última vez que comí en la mesa de la armería - - fue antes de que yo naciera, de eso estoy seguro – ambos varones platicaban durante la comida, Cheng observaba en silencio la imagen, el señor Yé hablaba con su constante todo serio, a pesar de eso se podía notar un ligero toque energía, como una pequeña chispa; en cambio, Dalíen desbordaba alegría, ella nunca lo había visto tan alegre, siempre trataba de estar optimista, enojado o frustrado, esa felicidad le daba un brillo en su mirada, un brillo en su sonrisa, un brillo en todo su rostro que la estaba mirando, igual que el señor Yé, disimula, disimula, disimula – Cheng ¿ocurre algo? - - ¿eh? ¡No! Nada, ¿por qué? - - bueno, llevas un rato viéndome, sin tocar tu comida y con mirada perdida - - ¡ah! Eso, es que, quería, quería - - ¿quería preguntar algo? Señorita Cheng - - ¡sí! Eso mismo - - ¿y? ¿Qué querías preguntar? - - yo, yo, yo quería preguntar - - ¿Bueno? - - ¿Siii, tú participarías también en ese evento? – el silencio se hizo en la armería, los dos varones se tomaron un tiempo para plantearse la pregunta. El primero en romper el silencio fue el joven, que comenzó a reírse, con dificultad trato de recuperar el aliento para darle una correcta respuesta a la joven, sin embargo, cuando finalmente calmó su risa su padre contestó – No sería mala idea, deberías de participar, usando una de las espadas de la armería, sería buena publicidad – la expresión del joven rubio cambio drásticamente de alegría a una cara de confusión y espanto, mientras la pelinegra escondía su rostro entre sus manos al darse cuenta que no debió haber dicho eso.

Fracase tratando de arreglarlo, seguiré y seguiré intentandolo en los próximos capítulos, ¿adivinen la facultad de quien tomaron?, bueno, por suerte yo escribo los capítulos en Block de Notas y luego los paso a wattpad. Pronto aparecerá la mamá de Dalí_en, así que les sugiero que si no han votado por su nombre vayan a hacerlo al cap. AVISO!! porque sólo voy a contar los votos en ese capitulo y cuando ella aparezca yo voy a borrar esa publicación. Los nombres son:

Amaterasu: Nombre de una diosa del sol en Japón

Midorí: Verde en japonés

Hae: Sol en coreano (Según Google T.)

Lü: Verde en chino (Según Google T.)

PD: si no encuentran ese capitulo es porque ya lo borre.

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora