Conversaciones

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¿Saben? Leo todos los comentarios, todos; puede que no conteste algunos, pero los leo todos. A veces, cuando leo los comentarios del capitulo "Nueva sirvienta" que me piden que les deje los nombres originales, nacen en mi unas ganas decirles que ¿acaso no ven que ya llevo? ¿Qué? ¿40 capítulos? (32 sí no cuentas los anuncios y los capítulos extra) a estasa alturas, no voy a cambiarles el nombre a los personajes; sería raro y muy latoso, debieron opinar cuando a penas empezaba. Pero no se los digo, no, yo me contengo.

Hice cuentas. Llevo más de 35 mil palabras (me puse a revisar la ortografía en world, por eso lo sé). Esta cosa ya tiene 40 capítulos ¿Cómo está eso? Esta iba a ser una simple historia de un amor imposible ¿Cómo termine aquí? A veces quisierá decir "Hasta aquí, no más. Hagamos otra cosa" y luego me salen con sus lindos comentarios pidiendome más, que me fuerzan a seguir. Nunca antes había terminado una historia, por eso mis One_shots suelen ser con finales abiertos. Esta sería mi primer historia larga con una conclusión (una escrita) ¿Saben lo que me obligan a hacer? Necesito terminar esto. Sólo dos sagas más, Mon; sólo falta que salga la madre, Mon. ¡Tienes que sacar a la madre! Mon ¡¡y podrás ponerle punto final y dedicarte a otros fics!! Sólo esta y dos sagas más, Mon.

El peine recorría los largos cabellos negros que caían sobre sus hombros en el momento que la puerta del cuarto era abierta con fuerza brutal -¡Él está aquí!- la mujer miró sin interés a su joven alumna, siguió desenredando su cabello, lo ató con una pequeña liga en una coleta alta y se levantó -El Señor del Fuego y la princesa Ilah quieren ir a ver una obra, andando- -pero- -ahí me dices- la mujer tomó una espada recargada en la paredy salió de la habitación seguida por la joven. Ambas salieron de la casa, se colocaron junto a otras personas en fila junto a la puerta de una carroza y se inclinaron al momento que El Señor del Fuego Azulon y su esposa Ilah salían para subir a la carroza. Ya dentro del transporte, algunas de las personas en fila, regresaron dentro de la casa, sólo seis personas. Tres hombres se subieron a la parte del conductor y tres se subieron a la parte trasera; los tres de adelante eran hombres armados y las tres de atrás eran mujeres de las cuales sólo una no estaba armada y dijo al momento que empezaron a moverse -Vamos a ver una linda obra, que insensible es este sujeto, su pueblo está matándose en el Reino Tierra y este va a ver una obra de amor; Sozin nunca abandono el campo de batalla, nunca, hasta que se murió, este "Señor de fuego"- la mujer de ojos cansados guardó silencio al ver que la más joven intentaba comunicarse con señas -¿Qué pasa, pequeña Cheng?- -Shtt, El Señor del Fuego está adentro, te va a oír, Mon- la maestra de la chica puso su mano sobre su hombro para tranquilizarla, sin embargo la mujer siguió -No me interesa, no creo que me escuche, sólo oye lo que quiere oír, y si me oye no me importa- -sí, al fin y acabo, tu trabajo de trae cosas no es muy importante; a diferencia de nosotras, cuyo puesto requiere de cierta confianza y compromiso; tú puedes ser fácilmente remplazada- dijo la maestra a la mujer haciéndola guardar silencio el resto del camino.

Junto a la puerta estaba la joven de largos cabellos cortando mechones del mismo a la altura de sus ojos con una pequeña cuchilla al momento que Cheng salía del balcón -Ni se te ocurra abandonar tu puesto otra vez en el mismo día- - Ya es de noche- La mujer miró la expresión triste de la joven -Yo te advertí que venían, si no querías que verlo no hubieras abandonado tu puesto- la chica suspiró con fuerza y miró a la mujer. -¿Por qué tenían que arrestar al señor Li? ¿Por qué tenían que arrestarlo aquí? ¿Por qué tuvo que ser en ese pueblo?- -Porque introdujo personas del Reino Tierra a la Nación del Fuego, en tiempo de guerra. Porque a pesar de su edad alguna vez fue un gran soldado y si lo hubieran intentado arrestar en el Reino Tierra lo más seguro es que hubiera escapado y lo hubieran perdido. Y tal vez porque, al igual que la mayoría de nosotros, tiene muchos recuerdos en ese lugar, y lo capturaron, al aferrarse a los recuerdos como ellos lo hicieron, como lo hacen ahora y como tú lo estás haciendo al preguntarte por cosas que ya no cambiaran. No se llora por el té derramado, ¿Por qué crees que sea?- -No lo entiendo, es que hay miles de personas tan buenas, me divierto con ellos; pero, en el momento que recuerdo quien soy, de dónde vengo y, y, y me- -Y te rompe el corazón el que nunca podrás hacer tu vida. Tú estás viva, mientras estés viva estás haciendo tu vida- -Pero nunca podré- -Mira cómo vive Shu_jing, ¿Eso es lo que quieres?- -Quiero ser feliz- -La felicidad depende de cada persona, y de lo que quiera entender por felicidad- la chica dirigió su mirada al techo mientras mordía sus labios y dijo con voz temblorosa -En, entonces; ¿Por qué? ¿Por qué?- la chica miró con los ojos llorosos a su maestra -¿Por qué siento que no puedo ser feliz, sin él?- -Oh, mi pequeña Cheng- la mujer se acercó a la pelinegra y la abrazó-Precisamente por esto quería alejarte. Mira, no es tu culpa, ni suya; yo trate, en serio trate, pero la gente no dejaba de meterle ideas; yo no, yo no podía contra decir nada sin arriesgarme a levantar sospechas. No lo soporte, era demasiado. Se pueden soportar el arroz y el té fríos, pero la mirada y las palabras frías son insoportables. No podía, por Adalí_en- la chica alejó los brazos de la guerrera, se secó las marcas del llanto -Lo sé, me lo contaste. Pero eso no cambia que si le dijera la verdad sobre mí, me odiaría- -Eso no es no lo sabes- la chica miró molesta a la mujer de negros cabellos antes de soltar un fuerte suspiro y preguntar -¿Por qué todas nuestras conversaciones terminan siendo sobre él?- -Yo porque lo amo, lo adoro y es el hijo que nunca tendré. No sé tus razones- dijo al momento miró a su alumna mientras sonreía y levantaba ambas cejas.

El rubio miraba el golpe de las olas en la orilla del barranco -Si te acercas más a la orilla, me obligaras a empujarte- el joven se levantó a prisa y giró sólo para ver a una persona que no podía odiar -Maestro. Pensé que estabas ocupada y no tenías tiempo libre- -Castigue a Cheng dejándola en mi lugar por abandonar su puesto al aceptar un reto de Ki- la expresión del rubio se nublo y bajo la mirada antes de hablar -Sé que no tengo ningún derecho de entrometerme en su vida- -¿Pero?- -Pero no puedo dejar de preguntarme ¿Qué clase de relación tiene con ese sujeto- -¿Ki? Bueno, él suele retar a todos, disfruta probar que es el mejor. Yo nunca he acepta, Cheng acepto porque la tiene enfadada- -Pero ella dejó que la cargara- -Ella deja que todos la carguen, creo que le gusta la vista- El rubio negó despacio para después regresar a la orilla del barranco y sentarse con los pies colgando. La mujer de cabellos negros fue junto al joven lo tomó de los hombros y preguntó -¿Por qué viniste?- -Vine porque Mai- -No, esa excusa puede servirle a tu padre, pero no a mí- -Quería verla, sólo quería verla- -¿Por qué? Sólo estuviste medio año con ella. Es más el tiempo sin ella que el que pasaste con ella- -No lo sé- -Nadie viaja tanto sin saber por qué- el rostro del rubio se volvió más sombría -Ya la viste ¿Qué te pareció?- -Está muy cambiada- -Está más a gusto, más contenta, más confiada- -Ya entendí. Está mejor sin mí, por eso te la llevaste- -Primero, el problema no eres tú. Tú eres sólo una parte del problema- -Oh, gracias. Ni si quiero tengo ese lugar en su vida- -Otro comentario depresivo, y ahora si te empujo. El problema es ese prejuicio inmediato que tienen hacía todos los foráneos. El arroz y el té se pueden soportar; pero- -La mirada y las palabras fríos no- la mujer acaricio la cabeza del chico y junto a él miró el movimiento del mar.

-¿Te gusta el mar?- el joven asintió sin voltear hacia ella. -Escucha, esta playa tiene propiedades mágicas. Las olas borran las huellas de la arena, borran las asperezas de la piedra más burda. La Isla Ember le brinda a todos la oportunidad de volver a empezar; sin embargo, también nos muestra a las personas como realmente son- la mujer se levantó y su tono de voz se volvió serio -y como somos nosotros mismos. Mañana habrá una fiesta en la noche, si quieren despejarse, les sugiero que se pasen por ahí. Puede ser la oportunidad de despejarse. Reflexiona mis palabras y buenas noches, mi niño- Dijo antes de irse sin voltear.

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora