Los pequeños ojos observaban la conversación que dos hombres tenían en el cuarto de en frente; parecía una discusión seria, bajó la mirada cuando vio que le extendían un alimento que nunca antes había visto -Es un pan hervido, creo que debes tener hambre, yo la tenía, tómalo- unas diminutas manos se extendieron hacía el alimento que era ofrecido -El señor Li no se puso tan serio conmigo... por curiosidad ¿cómo te llamas?- no hubo respuesta, la pequeña criatura comía el pan como si fuera alimento de los dioses -¿no puedes hablar?- la criaturita dejó de devorar el pan y negó con la cabeza, trató de contestar con la boca llena, pero su respuesta fue incomprensible -pásate ese bocado y respondes- -... no tengo nombre- -¿no? ¿Tus padres nunca te pusieron un nombre?- -... nunca tuve un papá o una mamá- -¿Familia? ¿Amigos? ¿Hogar? ¿Algo? ¿Aldea? ¿Pueblo?- -... vivía en Yu Dao- -¡Yu Dao! ¡Mira que enorme coincidencia! ¡Yo también soy de YuDao! bien, tú no te preocupes, a partir de hoy, ésta es tu casa, tu hogar, y nosotros, yo, seré tu familia; te enseñaré todo lo que sé-
-¿Dónde está Cheng?- Dijo Dalí_en al tomar el brazo del moreno que estaba por subir la plataforma -No sé- -¡¿cómo que no lo sabes?! ¡Estaba contigo!- -pues ya no- -¡¿Dónde está?!- -¡NO SÉ! ¡Tú búscala! yo tengo que subir- el moreno liberó su brazo de la atadura del rubio y subió a la plataforma -Sólo porque tú perdiste, no me quieras hacer perder a mí- fue lo último que el moreno le dijo a Dalí_en antes de dirigirse a su próximo combate. El joven volteó en búsqueda de su amiga, no podía verla por ningún lado, con mayor esfuerzo trató de buscar a la distancia su tan característico peinado de coletas, nada. Algo molesto por su fracasada y superficial búsqueda, decidió empezar a buscar a la chica entre los espectadores; tal vez le había surgido algo, algo como lo que le había estado surgiendo durante todo el evento. En ese momento el rubio recordó que no había visto a la chica en su combate anterior no le había alcanzado el tiempo para revisar como había quedado después de que luchara con el anciano, se veía muy pálida, tenía que buscarla.
A la cabeza del rubio asaltaron miles de posibilidades, tal vez estaba enferma desde el principio y ella no quiso decir nada para no arruinarles el día o algo de los puestos le había caído mal, esos eran los pensamientos del chico mientras empujaba a las personas en búsqueda de la pelinegra. Seguía teniendo pensamientos negativos sobre las razones de la chica para desaparecer de repente, cuando repentinamente quedó paralizado; frente a él estaba la Princesa roja mirando sin detenerse el combate. El rubio trató de pasar al lado de la Princesa sin ser detectado. Cuando creyó que el peligro había pasado se disponía a alejarse hasta que escuchó que le decía -¿Me tienes miedo?- el rubio se giró en la dirección que creía de la cual pensaba que provenía la pregunta; la Princesa seguía en su misma posición, su vista fija en el combate sin dirigirle la mirada -Pregunte ¿me tienes miedo?- el chico vio como, sin dejar de ver el combate, la máscara de la Princesa roja parecía moverse en la parte que debería de estar la boca -No- -Si eso es cierto, ¿por qué actúas como si te diera miedo incomodarme- -Sólo no me gusta meterme en problemas innecesarios- -Bien, si es así ¿por qué no te quedas viendo el combate de tu amigo?- -no es mi amigo y estoy buscando a alguien- -¿una chica de ojos azules y cabello negro en coletas?- -¡Sí! ¿Dónde está?- -creo que dijo que regresaría para el último combate- el rubio se tranquilizó un poco y se colocó al lado de la Princesa; sí ella iba a regresar no tenía caso buscarla, sólo se perderían entre ellos, lo mejor era estar en un sólo lugar. Vio un momento a la Roja calmada, no se parecía nada a la que lo había lanzado de la plataforma, ella tenía razón, de alguna forma, una forma que él no comprendía, le tenía miedo. Prefirió no pensar en ello y se concentró en el combate.
El mejor guerrero se encontraba por caer de la plataforma cuando de su brazo salió una arma que se clavo en el centro de la plataforma; con lo que parecía un hilo metálico, el mejor guerrero jaló su cuerpo de regreso a la plataforma -¿qué tanto traes bajo ese lindo cuerpo?- No respondió, en lugar de eso, del objeto de su brazo salían cuchillas que lanzaba al joven moreno, quien las esquivaba sin problema. Ninguno de los dos mostraba tener preocupación, ataque tras ataque, parecía no tener final, dos veces el moreno estuvo a punto de caerse, ésta era la primera de la mujer encapuchada. Con el último lanzamiento de cuchillas, el moreno se paró de manos y saltó por la espalda, paso por encima del mejor guerrero e intentó tomar su capucha; la mujer no esperó ningún instante para agacharse y lanzar a su contrincante una cuchilla dañándolo en el costado derecho. El moreno cayó de golpe contra el suelo, a pesar de la herida, él se levanto con una sonrisa y corrió hacia la mujer que al mismo tiempo clavaba dos navajas con hilos en dos grandes trozos de madera a su lado y los hacía girar. El chico no dejaba de lanzar ataques de fuego de los cuales el mejor guerrero se cubría usando sus armas improvisadas.
Del rostro del joven moreno no desaparecía la sonrisa con la que a Dalí_en lo reconocía, ni siquiera parecía que hubiera estado molesto antes de subir, su sonrisa incondicional era parte de su técnica, para hacer creer a su contrincante que sabía lo que hacía, aunque Dalí_en sabía que rara vez eso era cierto. El rubio miró momentáneamente a la chica a su lado, no parecía tener intenciones de pronunciar una palabra con él; el silencio comenzaba a ser incomodo; decidió que era mejor no pensar en ello y volvió a dirigir su mirada al combate. El moreno había dejado de lanzar fuego y la encapuchada había perdido sus defensas, los dos se encontraban a centímetros. La mujer bloqueaba con sus brazos las patadas que le dirigía el joven hacia la cabeza. En una de las patadas, ella tomó la pierna del moreno y lo lanzó volando. El joven, en pleno vuelo hizo un giro y recupero su equilibrio justo a tiempo para no caer fuera de la plataforma, la mujer respiro profundo antes de correr en la dirección del joven. En el momento que la mujer se dirigía a atacar, el moreno le lanzo una ráfaga de fuego tan grande que obligo a la mujer a saltar sobre la misma. A pesar de la velocidad de la reacción de la mujer, no había salido ilesa, su capucha se estaba quemando; sin meditarlo, llevó su mano izquierda a su cuello y soltó el broche que sujetaba lo que había sido una capa. Se hizo el silencio.
No alcanzaban las palabras para describir lo que ocurría en la demostración de combate que se estaba llevando a cabo en Shu_jing, silencio total, silencio sepulcral. El rostro de Tao había perdido su sonrisa. Estaba pálido, ni siquiera parecía que fuera un moreno. Ni siquiera se escuchaba el ruido de insectos, ni la brisa del viento, el rubio sonreía de oreja a oreja, de sus ojos brotaba un brillo que no se había visto en él desde hace tres años. La Princesa roja no comprendía lo que estaba pasando y miraba los rostros de los dos jóvenes con confusión e inicios de espanto. El pálido moreno estaba paralizado, se podía ver que intentaba moverse, que estaba recurriendo a todas sus fuerzas para moverse. Nada, no podía hacer nada, no hizo nada, ni siquiera cuando ella comenzó a correr hacía él y con una sola patada lo sacó volando de la plataforma. No hubo ruido, no hubo gritos victoriosos, nada. La mujer de cabellos largos hasta sus muslos dirigió su mirada a todos los presentes, alzó su rostro y levantó su brazo izquierdo para después gritar -¡¡¿QUIÉN ES EL MEJOR GUERRERO DE LA NACIÓN DEL FUEGO?!!- todos los espectadores, exceptuando a la Princesa roja, gritaron sonriendo -¡¡¡YING_CHENG!!!- -¡¿QUIÉN LOS PROTEGIO DE LAS DESPIADADOS Y SUCIOS ESPÍAS?!- -¡¡¡YING_CHENG!!!- La Princesa miró con horror como todos, incluyendo al rubio a su lado no gritaban con euforia, con admiración, con devoción -¡¿QUIÉN ES EL SALVADOR DE ESTE PUEBLO?!- -¡¡¡YING_CHENG!!!- -¡¿QUIÉN VENCIÓ AL ESPÍRITU AZUL?!- -¡¡¡YING_CHENG!!!- La mujer tomó aire, infló su pecho y gritó con toda la fuerza posible -¡¡¡¿QUIÉN SOY?!!!- -¡¡¡YING_CHENG!!!- mientras los espectadores no dejaban de gritar victoriosos, la mujer de cabellos largos, caminó despacio hacía la orilla de la plataforma en la que se encontraban Dalí_en y la Princesa roja. El rubio miraba maravillado como se acercaba mientras murmuraba "maestra". La mujer agachó la mirada y la dirigió a la Princesa roja al momento de que dijo con voz fuerte sin llegar a gritar -Tú sigues, princesita-
Mis niños, tengo una pregunta; ya tengo hecho el cap que se hubiera públicado si el lado A hubiera ganado ¿quieren que lo publique?, les advierto que aunque lo publique la historia seguirá el rumbo de las decisiones que se tomaron en estos capitulos. ¿Y? ¿Qué dicen?
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Fuego y Agua
FanfictionEL agua trae curación y vida... el fuego trae destrucción y dolor.... Por eso, no puedo amarte. Una historia en un AU de Ladydug basada en esta imagen.