Matarte

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-Recuerdo el día que llegó como si fuera ayer. Mipung había invitado a Midori a una demostración de combate- -¿Quién es Mipung?- preguntó la castaña -¿Tú no me preguntas, Mi niño?- -Ya había oído ese nombre ¿Es uno de los hijos de Qizí?- la mujer no pudo reprimir la risa ante el comentario de chico -Mipung es el verdadero nombre de Qizí. Todos los infiltrados se cambian el nombre para ocultar sus raíces extrajeras- -¿Cheng también?- -¿Mi mamá también era espía?- La mujer regresó a sus pensamientos -Yo no fui porque alguien tenía que cuidar el lugar. Cuando Midori y Mipung regresaron, estaban riéndose tan fuerte que a Mipung se le quería salir el niño... eso fue lo que me dijeron en ese entonces, y me lo creí. Ella gritaba tan fuerte que yo estaba aterrada, buscaba cualquier pretexto para salir de la casa- -¡¿Tao nació en su casa?!- la mujer ignoro a la chica y prosiguió -Así que cuando me mandaron por agua no tarde en ir a cumplir la tarea. En el camino de regreso fue en el que me demoré, en ese momento lo vi; un hombre estaba escondido frente a la casa, se veía nervioso y muy sospechoso. Midori me había enseñado a sospechar hasta de mi sombra, así que regrese corriendo y le dije lo que había visto. Ella me dijo que no me alarmara y me dejó a cargo de Mipung, fue horrible, mientras, ella salía a evaluar la situación. Así se conocieron-

-Midori lo veía como un estorbo a nuestro plan, cuánta razón tenía. El decía que la había visto en la presentación de combate y que no había logrado sacarla de su mente desde que vio su dorado cabello y no me acuerdo de que otras cosas; lo que sí recuerdo es que nunca antes había visto una expresión tan, tan, tan ridícula. Se negaba a irse, día y noche seguí ahí afuera; los sé porque cada vez que salía comprar en las mañanas lo veía afuera y en las noches no podíamos salir sin toparnos con él; su presencia nos dificultaba a actuar con libertad. Midori llegó a pensar de forma seria en hacerlo desaparecer... Yo no entendía por qué hacía todo eso, pero admiraba su determinación, no entendía porque, pero quería verlo triunfar. El señor Fu también pensaba lo mismo, o eso creo, porque le dio trabajo ayudándolo en la herrería. Tenía gran talento, sus armas eran muy resistentes, ponía una parte de su alma en su trabajo, yo, yo- la mujer detuvo su narración. Los dos chicos se acercaron y trataron de ver al mismo punto que ella. Había algunos soldados cerca tratando conversando entre ellos -Yé se dio cuenta de que yo lo espiaba, aun era inexperta; creo que pensaba que Midori me enviaba, porque siempre trataba de lucirse. Le funcionó; cuando Midori vio un adorno que me había regalado, su detalle, su ligereza, pero principalmente, su precisión; mostró interés por su trabajo. Todos en el pueblo empezaron a creer que ella estaba interesada... pero yo sabía la verdad-

-¿La verdad?- La mujer alzó la vista al cielo y se cubrió los ojos antes de continuar -No deberías de estar escuchando esto- -No, quiero oírlo; quiero saber la verdad- -No estás listo- -Me han ocultado la verdad, quiero saber que ocurrió con mi madre. ¿Por qué nadie dijo nada?- La mujer secó una pequeñas lágrimas que brotaron de sus ojos -¿Me crees?- -Mis ojos son verdes. Una vez después de que te fuiste le intente preguntar a mi papá, el se enojó y me regaño. Siempre que mencionaba al Reino Tierra estallaba en ira, nunca comprendí porque ¿Él lo sabía?- Ying_Cheng recargó sus brazos en el bode del barco -Un día el señor Fu enfermó, era normal, era viejo. Iba a morir, él lo sabía; y cómo cualquier persona que siente que su partida está cerca, quería dejar todo en arreglado. Yé había demostrado ser un hombre trabajador y querer ciegamente a Midori; y ella- la mujer se mordió los labios y antes de continuar -Ella parecía quererlo. Por lo que, antes de morir, el señor Fu arregló su boda y se casaron. Para Midori era fácil fingir interés por cortos periodos de tiempo; cuando Yé se casó con Midori... Yo podía ver como la amaba, como trabajaba día y noche fabricando armas sin saber porque, no sabía que estaba abasteciendo a toda una infiltración, yo podía ver a dónde iban aparar todos los regalos que Yé le hacía a Midori, yo podía ver como se comportaba Midori cuando Yé estaba en casa y como hablaba de él cuando se iba-

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora