-¡No!, así no; si tu base es débil... Tú resistirás tanto como tu base; si tu base es débil, Tú serás débil- -¡Es muy difícil! estoy cansada- -¡todo en la vida es difícil! ¡Vivir aquí es más difícil! Sólo podrá ser fácil si entrenas, entrenas sin detenerte para ser la mejor. Tú serás la mejor, mejor que cualquiera de esta nación, mejor que cualquier maestro fuego; serás su peor pesadilla, causarás horror en tus contrincantes, pelear contigo será sinónimo de muerte y se arrepentirán de haber destruido nuestro hogar, pero no pasará si no entrenas ahora- -pero estoy cansada- -vamos, descansarás cuando la Nación del Fuego page por lo que ha hecho-
La princesa roja subió despacio la plataforma con miedo, lo que se podía ver en el rostro de Ying_Cheng no era seguridad, no era confianza; era una crítica, era análisis; la observaba a cada paso, vigilaba sus movimientos como si cada uno de ellos fueran a revelarle una verdad absoluta. Había visto que podía sacar armas tanto de su pierna y de su brazo, sin mencionar que ella era la que venció al Espíritu azul, una espía, infiltrada. -¡¡¡EL SIGUIENTE COMBATE!!! ¡¡¡LA FINAL!!! ¡LA PRINCESA ROJA! ¡CONTRA! ¡¡LA MEJOR!! ¡¡NUESTRA SALVADORA!! ¡¡EL MEJOR GUERRERO DE LA NACIÓN DEL FUEGO!! ¡¡¡YING_CHENG!!!- -Esa presentación fue injusta, Kai, vas a asustar a la princesita- -Es imposible no hacerle los honores correspondientes a nuestra suprema, valiente e invencible salvadora- -Ya recode porque me fui- -¡¡¡COMIENCEN!!!- La Princesa tomó posición de combate, recurría a toda su fuerza para no temblar de miedo, sólo la miraba -Tu base es débil- -¿eh?- -tu posición base, tu postura- -no entiendo- -mira, la postura que tomes es la que determina tus movimientos, tu velocidad y sobre todo, tu defensa, con la posición que tienes puedo tirarte sin problemas, así-
-¡¡YING_CHENG!! ¡¡YING_CHENG!!- El público gritaba eufórico a cada movimiento que la mujer de largos cabellos realizaba. El moreno regresaba caminando entre cogeos hacía el rubio que al verlo unos instantes regresó su interés al combate -¿sabías que vendría?- -¡No! ¡¿NO ES FANTASTICO?! ¡ESTOY EN LLAMAS!- -¡¡¿Por qué no ganaste?!!- -en realidad me siento feliz de haber perdido, cuando entrenaba con ella siempre salía con un hueso roto, en un combate serio Ella no tendría piedad- -¡¡POR ESO DEBIAS GANAR TÚ!! ¡Ella sería más blanda contigo!- -¡ELLA NO ES BLANDA CON NADIE! ¿Qué parte de que salía con un hueso roto no entendiste?- -¡¡Un hueso roto con Ella es blando!! ¡Ella está entrenada para matar!- -¡¡MI MAESTRA NUNCA HA MATADO A NADIE!!- -¡NUNCA DIJE QUE ELLA LO HUBIERA HECHO! Pero Tú, Tú mejor que nadie, sabes que ella es muy agresiva, si Tú, Tú, Tú que casi eres un hijo para ella, no duda en romperte algunos huesos, ¿qué crees que le hará a una chica que no conoce?- -no la matará, no se arriesgará a perder el premio por matarla, no mató a ningunos de sus contrincantes en la demostración pasada- -pero les rompió las piernas a dos de ellos, uno quedó inconsciente por semanas y creó que otro quedó incapacitado de por vida, después de eso nadie que aprecie su vida pelearía con ella- -¿por eso no te moviste?- -¡¡YO VALORO MI VIDA!! ¡Deberías gritarle a Ying_Cheng para que no sea cruel con la chica!- -¿por qué no lo haces Tú? ya te dije que uno se arriesga a eso cuando participa- -¡¡sí!! ¡pero Ying_Cheng se había ido a la capital! ¡Yo nunca pensé que se regresaría para participar! de haberlo sabido nunca le hubiera dicho que participara-
La Princesa roja hacía girar el yoyo rojo sin parar en un intento de cubrirse de la lluvia de alfileres que era lanzado hacía ella, ¿por qué no se le acababan los alfileres? ¿De dónde los sacaba? Sin moverse de su lugar, la mujer de largos cabellos lanzaba sus ataques a distancia, su mirada no se despegaba de la chica de rojo, no había esfuerzo, ni cansancio. La mano izquierda era descendía con fuerza para sacar una nueva arma que era lanzada lo más rápido posible; la velocidad con la que se realizaban eso movimientos era tal que parecían uno sólo. El brazo de la Roja le empezaba a dolerle, la fuerza con la se tenía hacer girar el yoyo sobrepasaba a lo que estaba acostumbrada. Intentaba correr, cambiar su posición, pero los alfileres salían volando al impactar contra el yoyo por la fuerza que eran lanzados; algunos salían de la plataforma, otros, los que le preocupaban a la Princesa, se clavaban en la plataforma dificultándole el movimiento. Un segundo, un instante, un descuido, un alfiler traspaso su protección, no logró dañarla, pero la impresión la hizo caer de espaldas; al caer se clavó algunos alfileres. Ying_Cheng corrió en ese instante hacía la Princesa roja.
La Princesa roja trató de liberarse de su prisión de alfileres al momento que vio que la mujer daba un gran salto en su dirección. El tiempo parecía ir lento. Podía ver como la que respondía al nombre de Ying_Cheng se elevaba por el cielo para ganar altura, sus ojos estaba fijos en el suelo, en la dirección que estaba ella. Quería moverse, su cuerpo no respondía. Ella empezaba a descender, una de sus piernas la acercaba a su estomago, iba a dejar caer todo su peso en la otra. La Princesa roja jaló tan rápido como le fue posible su cuerpo, sentía como la tela se rasgaba al momento que ella descendía. Todo era cada vez más veloz a cada instante, no alcanzaría a escapar. No tenía tiempo. Se escuchó algo romperse; destrozado, sólo quedaban fragmentos bajo su pie, fragmentos de los cuales escurría su líquido interior. La plataforma tenía una gran mancha producida por el destrozo que había causado, era inútil, ya no servía, nunca volvería a servir, jamás podría volver a lo que era. Sólo quedaba el hilo inútil, de los pedazos del yoyo destrozado bajo el pie de Ying_Cheng.
Los ojos de la Princesa vieron con horror los restos de la única arma que le quedaba. El rubio había perdido toda la emoción que sentía hacía unos instantes, sus ojos habían perdido todo el brillo que los invadía hacía unos instantes; miró incrédulo lo que pasaba frente a él, después volteó hacía el moreno a su lado. Podía ver miedo, preocupación, culpa, pero principalmente arrepentimiento. Volvió a dirigir su mirada al combate que estaba presenciando. Con la ropa rasgada su rostro había quedado al descubierto, podía verse su expresión de temor, sus ojos a punto de estallar en lágrimas, sus labios temblado, casi suplicando piedad mientras Ying_Cheng se aproximaba despacio hacia ella. -No, ahora no, por favor- murmuraba para sí el rubio al momento que se acercaba a la plataforma con mirada pálida -no, por favor- la chica retrocedía cada vez más aprisa, veía a la mujer de largos cabellos acercarse despacio. -Por favor- Uno de los alfileres en la plataforma se encajó en su pie, la chica cayó al suelo. El alfiler le había traspasado el pie, se arrastraba por el suelo mientras la mujer sacaba un nuevo alfiler. -No, por favor- cuando la mirada de la pequeña se dirigió a un lugar, un pequeño brillo de esperanza parecía salir de ella; extendió su mano en esa dirección, dirigió toda su atención a lo que había visto, sin darse cuenta que Ying_Cheng se disponía a lanzar su alfiler -¡NO! ¡POR FAVOR! ¡¡NO LASTIMES A CHENG!!-
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Fuego y Agua
FanfictionEL agua trae curación y vida... el fuego trae destrucción y dolor.... Por eso, no puedo amarte. Una historia en un AU de Ladydug basada en esta imagen.