FINAL.

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Toda la gente del matrimonio se dispersó. Estaban shokeados. No se la creían.

Y Margo...

Sentía lástima por ella, aunque estaba aliviada de que Travis dijiera que no. Margo corrió hacia no se dónde, a escapar de la vergüenza, a escapar de la incomodidad y de todas esas miradas no deseadas.

-Búscalo -dice Ben a mi espalda.

James voltea la cabeza hacia mí.

-Hay gente del matrimonio que está saliendo -dice-. Búscalo. Será fácil encontrarlo. Es alto y tiene un traje. Ahora búscalo por la ciudad. No lo pierdas denuevo.

Suspiré.

Tiene razón. No lo perderé.

Toda la gente del matrimonio estaba dispersada. Nadie se daría cuenta que he salido. Y espero que mi madre ni mi padre tampoco.

-Vale -digo susurrando a Ben y a James. Mirándolos una y otra vez-. Lo iré a ver.

-Anda, no te quedes ahí parada -dice James señalando el piso.

-Vale, voy altiro -respondo no moviendo ni un dedo.

-Mira -dice James-. Quiero que saques tu puto culo de este puto matrimonio, o si no, algo malo pasará.

-Ya, ya -digo levantando los brazos.

Salgo del matrimonio con el corazón latiendome a 100 km por hora...no. De hecho no me late el corazón. No lo siento. Siento que mi corazón ya no existe, y solo existen los nervios. Los malditos nervios.

Cuando salí de la iglesia, mire hacia ambos lados.

¿A dónde podría haber ido Travis?

Busco en mi cabeza.

El mes que estuvo conmigo sirvió de algo. Puede estar en la compañia de box...

¿Si? ¿Después de cinco años? Si, que chiste.

Vale. Puede haber estado en...¡dultella!

Si, si. Claro. Dultella. Vamos ahí.

Corro con el ajustado vestido hacia el autobús, atrallendo a miradas no deseadas.

...

-Necesito un auto -mascullo para mí.

Entro a la tienda.

Hay demasiadas personas. Pero ninguna con traje.

-Maddy, hey -escucho la voz de Kate-. No es hora de trabajar.

-Lo sé -digo-. Es que...estoy buscando a alguien.

Kate frunce el seño.

-¿A quién?

Mi mirada tiene la misión de encontrar a Travis. O a un chico con traje. Pero entre todo el montón de gente que hay, mi mirada no lo puede ubicar.

Apreto los puños.

Debe que estar aquí. Tiene que estar aquí. Por mí.

-No, nada -digo suspirando-. No importa, Kate. Ya me voy.

No podía verme, pero se que mi mirada estaba cargada de desilusión.

Necesitaba verlo.

Caminé havia la salida, y luego vi el árbol, en el que Travis se escondió cuando él me obligó a hacer la penitencia.

Sonrío para mí.

Recordaba cuando le tiré el jugo a Cameron, y él estaba tan impactado...

De pronto me paro en seco.

Niñera De Mi CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora